Agricultura en la Antigua Roma

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La agricultura en la Antigua Roma hace referencia al tipo de agricultura que se practicaba durante la fase histórica que le da nombre. Así pues, hablamos de una fase de evolución, que convirtió a esta en un pilar económico de Roma. Asimismo, era la actividad principal para la mayoría de sus ciudadanos.

La agricultura en la Antigua Roma, por tanto, hace referencia a la actividad agrícola que se practicó desde el nacimiento del Imperio, hasta la caída del mismo. Este tipo de agricultura empleaba al grueso poblacional del Imperio romano, siendo una actividad en la que se basaba su economía.

Si bien es cierto que civilizaciones anteriores predominantes ahondaron en el conocimiento agrícola, fue la cultura romana la que, durante su dominio geográfico y político durante siglos, estimuló el ámbito de la explotación agraria en mayor medida.

En ese sentido, el paso de sociedad recolectora y cazadora a agrícola vivió su asentamiento durante esta etapa histórica.

Posteriores culturas dominantes, como la musulmana, aprovecharon sus avances y los expandieron en más territorios de Europa, Asia o el norte de África.

La cantidad y diversidad de territorios que abarcaba el Imperio permitió, a su vez, la posibilidad de explotar gran variedad de cultivos y una importante cantidad de terreno cultivado.

La agricultura en la Antigua Roma como modelo social

En la mayoría de casos, el labrador realizaba dicha labor de manera vitalicia.

Únicamente se exoneraba de dicha ocupación a la hora de requerir a los hombres el servicio militar y la actuación en campañas bélicas.

En ese sentido, la cultura romana se entendía de modo que se conquistaba un nuevo territorio con la espada y se dominaba con el cultivo.

Rasgos principales de la Antigua Roma en el ámbito agrario

En los varios siglos de predominancia política y social de Roma en los territorios que abarcó, la agricultura supuso un pilar básico de su economía. También se convirtió en piedra angular del modo de vida de sus habitantes.

De ese modo, es posible explicar la agricultura romana clásica a partir de los siguientes rasgos:

  • Principal actividad económica: La agricultura era ejercida por la gran mayoría de personas en la Antigua Roma, mayoritariamente de origen humilde y con dicha fuente como única fuente de ingresos.
  • Precariedad tecnológica mayoritaria: En núcleos de población de menor tamaño, la labor del campo era laboriosa y sacrificada. Todo ello debido a la escasez de herramientas tecnológicas.
  • Avances en sistemas de regadío: Con el paso de los años, los grandes asentamientos romanos se hicieron con novedades tecnológicas y de infraestructura. Así, nuevas construcciones como molinos, canales y vías pecuarias o acueductos facilitaron la actividad agrícola.
  • Aparición y uso de abonos: El cultivo con empleo de abonos orgánicos, como el estiércol, fue extendido en la agricultura romana. De esta forma, provocando mejoras significativas en la cantidad y calidad de sus productos.
  • Diversidad y explotaciones masivas: Roma contaba con gran cantidad de hectáreas de cultivo debido a sus muchos territorios ocupados. Al mismo tiempo, la variedad de zonas y climas que abarcaba facilitaba el cultivo de distintos tipos de cereal, fruta o verdura.
  • Mano de obra: A lo largo del tiempo, la posición social que ocupó el trabajador agrícola fue variando. En este sentido, desde el modelo de esclavo en ciertas zonas romanas, hasta el campesino humilde dependiente de un señor feudal, con la aparición del feudalismo.

Evolución de la agricultura en la Antigua Roma

Debido a las innovaciones agrícolas y tecnológicas, la población perteneciente al Imperio experimentó algunos cambios sustanciales en su calidad de vida, su bienestar y sus procesos productivos.

Dichas evoluciones pueden resumirse del siguiente modo:

  • Aumento de producción, tanto agrícola como ganadera: Este cambio se tradujo en aumentos exponenciales de alimento para la sociedad romana y de semillas útiles para mayor explotación de cultivo.
  • Asentamiento en ciudades: La apuesta por lo agrícola supuso mayores asentamientos geográficos. Así, la sociedad romana adquirió un mayor carácter sedentario con grandes núcleos de población.
  • Nuevas técnicas de cultivo: Con la aparición del arado por tracción animal o la aplicación de calendarios de barbecho, las explotaciones agracias experimentaron mayores niveles de productividad.
  • Protagonismo de la vid y el olivo: Si bien originariamente cereales como el trigo eran el producto más extendido, el cultivo de vid y olivo en territorios mediterráneos se convirtió en predominante.