Agente deficitario

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Un agente deficitario es aquel agente económico que consume un monto mayor al de sus ingresos. Es decir, sus gastos superan sus entradas de dinero, produciendo un déficit. Esto le obliga a buscar financiamiento de terceros.

El agente deficitario, en otras palabras, es aquel que gasta más de lo que ingresa. De ese modo, es incapaz de ahorrar un excedente y necesita pedir crédito.

Cabe precisar que los agentes económicos o unidades económicas son aquellos individuos o instituciones que realizan negocios o actividades relacionadas a ellos. Además, pueden pertenecer al sector público o privado, siendo familias, empresas y entidades del Estado.

Como consecuencia de sus decisiones, los agentes económicos pueden adquirir el papel de deficitarios. Por ejemplo, si el gobierno gasta más de lo que recauda de impuestos.

La principal característica de un agente deficitario es que no pude cumplir con sus obligaciones. Es decir, no puede pagar a sus acreedores, lo que incluye a los empleados, en caso de una empresa.

A menudo, los agentes deficitarios buscan financiación en los mercados para responder a sus compromisos. Como contraparte, los agentes superavitarios ofrecen crédito a cambio de rentabilidades futuras. De esta manera, se da una complementariedad.

Países como agentes deficitarios

Los agentes deficitarios también pueden ser países o gobiernos. Aquí, te explicamos tres situaciones en las que esto sucede:

  • Déficit fiscal o público: Una administración estatal puede contar con un déficit público cuando recauda menos de lo que necesita. Entonces, se convierte en un agente deficitario.
  • Déficit comercial: Se refiere al déficit que obtiene un territorio por las transacciones de bienes y servicios con el exterior. El agente deficitario será entonces aquel país que exporta en menor grado de lo que importa. Esto se refleja en la balanza comercial.
  • Déficit exterior: En este caso, el agente deficitario sería un país, cuando las entradas de dinero del exterior son menores a las salidas o pagos al extranjero. Lo anterior no solo es resultado de las exportaciones e importaciones (balanza comercial), sino también de los movimientos de capitales, por ejemplo, a través de las transferencias de remesas.