Activos digitales
Los activos digitales son recursos de carácter intangible, ya que se basan en una construcción mediante datos informáticos.
Estos datos, según se den, tendrán una serie de características que harán que se diferencien entre sí, tales como el formato en el que se apilen los datos, la forma de visualizarlos o su utilidad, entre otros factores.
Características de los activos digitales
Estos activos, además de tener ciertas características propias, comparten a su vez factores que se dan en todos los recursos intangibles:
- No tienen forma física.
- No se pueden percibir por los cinco sentidos a la vez.
- Debe tratarse de un producto con el que se pueda llegar a conseguir un beneficio.
Por otra parte, un activo digital puede tener como características propias las siguientes:
- Está compuesto por datos y, por tanto, es de carácter digital.
- Únicamente pueden participar en su percepción como máximo dos sentidos de forma directa: vista y oído.
- Aunque se trate de un activo intangible o no físico, se almacena de forma física.
Por ello, si bien una patente es un activo intangible, no por ello tiene que ser de carácter digital. Otro caso sería el de una canción, fotografía, vídeo o documento que sí esté digitalizado. En ese caso, estaríamos hablando de un archivo digital, lo que nos llevaría a catalogarlo como activo digital.
Tipos de activos digitales
Según la utilidad y la forma de conseguir un rendimiento sobre el activo digital en cuestión, se puede clasificar de la siguiente forma:
- Activos con un precio de mercado fijado: Se trata de activos que al comercializarse poseen un valor establecido hacia el público general.
- Activos sin un precio de mercado fijado: Por otro lado, en este caso, nos encontramos con activos que no tienen un valor asignado y que pueden o no comercializarse de forma puntual.
- Activos con desfase tecnológico: Este tipo de activos deben actualizarse continuamente para no quedar obsoletos y poder seguir siendo útiles en el futuro.
- Activos sin desfase tecnológico: Se trata de aquellos activos que no necesitan de ninguna actualización porque son considerados como piezas únicas que, o no pueden ser actualizadas ni modificadas, o, si lo pueden ser, de una forma ínfima.
De forma general, en estas dos dicotomías que se han presentado, se suelen abarcar la gran mayoría de activos digitales.
Ejemplos de activos digitales
Algunos de ejemplos de activos digitales pueden ser:
- Criptomonedas: Es aquel grupo de divisas que existen de forma digital. Suelen tener un rango de precio establecido y no tienen una necesidad de actualización constante, salvo excepciones. Por ende, no les afecta el desfase tecnológico a corto y medio plazo.
- Videojuegos: Se trata de un activo digital con un precio de mercado fijado y con un desfase tecnológico limitado, ya que un videojuego no se actualiza eternamente, sino que se acaba creando uno nuevo.
- Fotografías de una quedada familiar: Estos archivos digitales pueden llegar a ser un activo si se le puede sacar algún tipo de rendimiento. Un ejemplo sería poseer las fotos de una quedada familiar de una persona famosa y vendérselas a una revista dispuestas a comprarlas. Por ende, no poseen desfase tecnológico y no tienen tampoco un precio de mercado fijado.
- Álbum de un grupo de rock: La música se puede conseguir o adquirir de forma física o digital. De ambas formas se acaba escuchando prácticamente el mismo resultado, solo cambia la forma de almacenaje y reproducción (igual pasa en las películas y series). Pueden ser, por tanto, un activo digital con un precio fijado sin apenas desfase tecnológico, más allá de los formatos soportados.
- Software de gestión económica: Un programa informático de este tipo suele tener un precio fijado y tiene el riesgo de un desfase tecnológico constante, ya que debe atender a las continuas demandas de los usuarios.
- Pieza artística de carácter digital: En este caso, nos referimos a un activo digital que, al ser una pieza única e irrepetible, posee un valor aún no fijado y que puede oscilar con cierta facilidad. Además, no posee el problema del desfase tecnológico ya que, al ser un activo único y de carácter artístico, no posee esta necesidad.
Con estos ejemplos se puede abarcar prácticamente todo el espectro de activos digitales que nos podemos encontrar, aunque, como en todos los campos, este irá creciendo conforme vayan surgiendo nuevas tecnologías.