Abuso de posición dominante
El abuso de posición dominante es una situación en la que un agente económico aprovecha su poder de mercado. Entonces, influye en la determinación del precio del bien o servicio que produce.
Es decir, el abuso de posición dominante se da cuando una empresa toma ventaja de que tiene la mayor participación en el sector, o de que es el único productor (monopolio). Así, fija un precio muy bajo a su mercancía, por ejemplo, para que ninguna otra compañía pueda competir.
Existen regulaciones por parte de los gobiernos que intentan controlar e impedir este tipo de acciones y persiguen a quienes las acometen. De ese modo, buscan fomentar una libre competencia que sea más favorable al consumidor.
Consecuencias del abuso de posición dominante
El abuso de posición de dominio tiene diversas consecuencias. Una de las más importantes es que desincentiva a nuevas empresas a entrar al sector.
Al no existir competencia, el productor dominante carece de incentivos para ofrecer un bien o servicio de calidad. Esto es particularmente relevante en mercados estratégicos que afectan el bienestar de la ciudadanía, como los servicios públicos.
En ese sentido, cabe señalar que en sectores como electricidad comunicaciones o salud existen economías de escala y las empresas más grandes son capaces de producir en mayor volumen. Por lo tanto, pueden bajar el precio para que los márgenes de beneficio del resto de empresas competidoras se queden bajo mínimos y tengan que salir del mercado.
Otra práctica común se produce cuando varias empresas que ejercen la posición dominante se ponen de acuerdo para fijar los precios y la producción, manejando la curva de oferta y de demanda a su antojo. En consecuencia, pueden mantener, por ejemplo, un alto precio de su mercancía.
Dados estas situaciones de abuso, los reguladores establecen diversos castigos. Así, se imponen multas importantes y sanciones administrativas que incluso impiden el ejercicio de la actividad económica.