Definición de velcro
Velcro es un acrónimo formado por la unión de dos términos franceses: (vel)ours y (cro)chet. La expresión compuesta puede traducirse como “gancho de terciopelo”. Se trata de una marca registrada que refiere a un sistema para sujetar o cerrar algo mediante dos tiras que se adhieren cuando están en contacto.
Más allá de la marca en cuestión, registrada en 1951, hoy se conoce como velcro al método para cerrar y abrir algo con facilidad, simplemente haciendo que dos tiras de distintos tejidos se toquen entre sí o se separen.
Cabe mencionar que este sistema de apertura y cierre recibe diferentes nombres en nuestra lengua, según el país, como puede apreciarse a continuación: en Argentina, abrojo; en Bolivia, scrash; en Colombia, cierre mágico; en Cuba, guisaso, pegatina y pegueta; en España, cierre autoadherente; en Guatemala, «Pega Pega»; en México, contactel, mozote y «gancho y felpa»; en Nicaragua, apegatinal; en República Dominicana, cadillo. En la mayoría de estas regiones, por otro lado, usar velcro también es correcto.
Para que el velcro funcione, una cinta debe contar con ganchos diminutos que, al ser presionados contra la otra cinta, se cierren y se enganchen entre las fibras de esta segunda cinta. De esta manera, se produce el agarre.
Tomemos el caso de un pantalón que se ajusta a través de un sistema de velcro. A la altura de la cintura, debe contar con dos tiras pegadas o cosidas al tejido: una con ganchos y otra con fibras enmarañadas. Cuando la persona se calza el pantalón y desea ajustarlo o cerrarlo, debe juntar las dos tiras de velcro y presionar para que se unan. En el momento en que desea quitarse el pantalón, solo debe separar ambas tiras.
Actualmente el velcro se emplea en prendas de vestir, calzado, bolsos, cinturones, guantes y carteras, entre otros productos. Su función siempre es permitir cerrar o ajustar algo de manera sencilla, sin que el usuario pierda tiempo: alcanza con que presione y separe las tiras de velcro para que el sistema funcione.
Al revisar la historia del velcro, nos encontramos con un dato muy curioso: no fue el ser humano quien lo inventó, partiendo meramente de su imaginación, sino que se trata de una imitación de las propiedades de la semilla de la bardana, una planta, la cual posee cientos de protuberancias que podríamos llamar «ganchos», que se adhieren de manera natural a los bucles diminutos que cubren el pelo de personas y animales o las prendas de vestir.
En el año 1941, George de Mestral, un ingeniero oriundo de Suiza, se encontraba en medio del campo con su perro y prestó atención por primera vez a estas particulares semillas. Gracias a este suceso arbitrario, Mestral decidió comenzar a trabajar en un sistema que replicara la maravillosa capacidad que la bardana tiene de adherirse a otras superficies.
Su primer trabajo fue el cierre de gancho y bucle para las prendas de vestir, aunque con los años este sistema comenzó a aplicarse en diversos campos, que van desde el ámbito de la medicina hasta el ejército, pasando por los artículos de jardinería. A pesar de las particularidades de cada producto, es importante señalar que los fundamentos del mecanismo son siempre los mismos.
El velcro es tan sólo un ejemplo de cuánto nos ha ayudado la naturaleza a resolver problemas de todo tipo en nuestras sociedades: si bien el ser humano tiende a pensar que se encuentra por encima de las demás especies, depende de gran parte de ellas para muchos de los pilares de su organización. La danza, el canto, los pigmentos, los espejos, el vuelo y los métodos de conservación de alimentos, como ser la refrigeración, son otros de los inventos inspirados en la naturaleza.