Definición de variable discreta
Las variables son símbolos que pueden adquirir distintos valores y que aparecen en fórmulas, algoritmos, funciones y proposiciones de las matemáticas y la estadística. Según sus particularidades, se clasifican de distinto modo.
Hay variables aleatorias, variables dependientes, variables independientes, variables cualitativas, variables cuantitativas y variables continuas, entre otras. En esta ocasión haremos referencia a las variables discretas.
Es interesante conocer el origen etimológico de las dos palabras que le dan forma al término que ahora nos ocupa:
-Variable deriva del latín, más exactamente de “variabilis” que es fruto de la suma de dos elementos de dicha lengua: el verbo “variare”, que puede traducirse como “cambiar de aspecto”, y el sufijo “-able”, que se usa para indicar “posibilidad”.
-Discreta, por otro lado, procede también del latín. En su caso es el resultado de la unión de otros dos componentes: el prefijo “dis-“, que viene a utilizarse para puntualizar “separación”, y el verbo “cernere”, que puede traducirse como “separar” o “cribar”.
Una variable discreta es aquella que está en condiciones de adoptar valores de un conjunto numérico dado. Es decir: solo adquiere valores de un conjunto, no cualquier valor.
Entre los valores potencialmente observables de una variable discreta existe una distancia que resulta imposible de “completar” con valores intermedios. Por lo tanto, entre dos valores hay, al menos, un valor que no es observable.
El número de automóviles que tiene una persona es una variable discreta. Un hombre puede tener, por ejemplo, un automóvil, dos automóviles o tres automóviles, por citar algunas posibilidades. Pero no puede tener 1,6 automóviles ni 2,8 automóviles.
En un sentido similar, la cantidad de hijos de una mujer también es una variable discreta. Se pueden tener 2, 4 o 6 hijos, nunca 2,1 o 5,78 hijos.
Otros muchos son los ejemplos de variables discretas que se pueden utilizar para poder entenderlas. En concreto, entre esos se hallan los siguientes:
-El género del ser humano, que será femenino o masculino.
-El número de estudiantes que existe en una clase. Y es que puede haber 15, 20 o 30 alumnos, pero no 15,3 o 20,8.
-La cantidad de faltas que se pueden pitar por el árbitro en un partido de fútbol.
-El número de canales de radio o televisión que se tiene en casa.
-El número de trabajadores que da forma a la plantilla de una empresa.
En cambio, las variables continuas pueden adquirir cualquier valor en un intervalo, existiendo siempre otros valores intermedios entre dos valores observables. La existencia de más o menos valores depende de la precisión de la medición. Por ejemplo: la altura de un niño puede ser 1,2 metros, 1,24 metros o 1,249 metros de acuerdo a cómo se mida. Esto implica que se registran ciertos errores de medición.
Por el contrario, en lo que respecta a las variables continuas, podemos hacer uso de otros ejemplos para entenderlas:
-El peso que tiene un hombre o una mujer.
-El peso de los melocotones que se han comprado en el mercado.
-La velocidad que alcanza un coche.
-El ancho que tiene la cintura de una persona.