Definición de vacuidad

Lo primero que vamos a hacer es determinar el origen etimológico del término vacuidad que ahora nos ocupa. En este sentido, podemos exponer que deriva del latín, concretamente de “vacuitas”, que es fruto de la suma de dos componentes claramente delimitados:

-El adjetivo “vacuus”, que es sinónimo de “vacío”.
-El sufijo “-dad”, que se utiliza para indicar “cualidad”.

Este término (vacuo), a su vez, alude a algo que carece de contenido: es decir, que está vacío.

La vacuidad alude a la falta de contenido.

La noción de vacuidad

Por lo general, la idea de vacuidad se emplea para calificar a aquel o aquello que no tiene substancia o consistencia. Supongamos que un crítico cinematográfico destaca la vacuidad de una película. El especialista estará refiriéndose a que el filme no tiene un tema central que resulte sólido o profundo sino que, por el contrario, recorre su temática de manera superficial y sin indagar demasiado.

En un sentido similar, la vacuidad de un libro puede vincularse a la falta de sustento. Tomemos el caso de una investigación periodística que, a juzgar por los expertos, no presenta datos ni pruebas que respalden las afirmaciones. De esta manera, se puede mencionar la vacuidad del libro periodístico en cuestión.

Cuando algo no tiene fundamento o sustento, puede hablarse de su vacuidad.

Una característica de las sociedades posmodernas

Hay sociólogos que sostienen que la vacuidad es una característica de las sociedades posmodernas. Las relaciones interpersonales, las costumbres y los rituales, por ejemplo, resultan frívolos y superficiales. La vacuidad, en este sentido, tiñe distintas facetas de la vida diaria, donde todo transcurre de manera veloz y con escasa reflexión, sin un sustento o una base.

En algunas filosofías orientales, aparece el concepto de shuniata para nombrar a lo que no tiene entidad. Shuniata, de este modo, es la vacuidad: algo que no tiene existencia independiente ni esencia. Distintas corrientes del budismo apelan a esta idea en sus doctrinas.

Vacuidad en el budismo

En concreto, en el budismo se establece que la vacuidad es la verdad última y el camino para llegar a la misma se sustenta en dos etapas o fases fundamentales:

-Identificación del objeto de negación. En este momento el individuo lo que debe hacer es proceder a identificar de manera clara y contundente la manera en la que los distintos fenómenos aparecen ante el ser humano, en concreto en su mente, como si existieran de forma real y la forma en la que se cree con firmeza que esa apariencia es cierta.
-Refutación del objeto de negación. Consiste esta fase básicamente en que la persona haga uso de varios métodos para certificar, darse cuenta y asumir que el objeto citado no existe en realidad.

El concepto en distintos libros

Partiendo de todo esto, tenemos que exponer que son muchos y variados las publicaciones que giran en torno a la vacuidad. En concreto, entre los más relevantes están los siguientes:

-“Introducción a la vacuidad”, de Guy Newland.
-“Claridad y vacuidad”, de Lama Thubten Yeshe, que viene a guiar al lector por una especie de proceso de meditación hasta alcanzar la vacuidad.

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