Definición de utilidad neta

La utilidad es el interés o provecho que se obtiene de algo. El concepto procede del latín utilĭtas, que significa “calidad de útil”. En concreto, podemos añadir que se encuentra conformado por las siguientes partes: “uti”, que es sinónimo de “poder ser usado”; “-ilis”, que es indicativo de “posibilidad” y el sufijo “–dad”, que es equivalente a “cualidad”. Dicho término tiene un amplio uso en el ámbito de la economía y las finanzas para nombrar a la ganancia que se logra a partir de un bien o una inversión.

Esto quiere decir que si una persona invierte 1.000 dólares en la compra de ropa que luego revende por un total de 1.500 dólares, habrá logrado una utilidad de 500 dólares en la operación.

Neto, por otra parte, es un adjetivo que se usa para mencionar a una cantidad resultante y limpia (en el sentido de estar bien definida). Además de lo expuesto podemos determinar que es una palabra que tiene su origen etimológico en el francés. Así, descubrimos que emana del vocablo “net”, que puede traducirse como “sin manchas, limpio”.

La utilidad neta, pues, es la ganancia que se obtiene después de realizar los descuentos correspondientes. Se trata de la utilidad concreta, que el sujeto o la empresa recibe en mano.

Por ejemplo: una compañía realiza el balance mensual con un registro que indica ingresos por 100.000 pesos. Dicho dinero efectivamente ha ingresado a las arcas de la empresa, pero eso no significa que todo sea ganancia. La compañía también tiene gastos que asumir, como el pago de impuestos, la compra de materias primas, etc. La utilidad neta será la cantidad que resulta de restar estos gastos a los ingresos. Si la entidad tuvo gastos por 60.000 pesos, la utilidad neta del periodo fue de 40.000 pesos (los 100.000 pesos de ingresos menos los 60.000 pesos de gastos).

Esto permite inferir que una empresa puede incrementar su utilidad neta sin necesidad de aumentar sus ingresos, ya que lo lograría también si consigue recortar sus gastos.

En ocasiones se suele confundir la utilidad neta con la utilidad bruta pero hay que tener claro que son diferentes. Así, esta última podríamos establecer que es la que se obtiene a partir de restar a los ingresos de una empresa por la venta de servicios y bienes lo que sería el dinero que cuesta producir aquellos.

Esta citada utilidad bruta además no hace uso ni de los gastos generales ni tampoco de los costos financieros, como pueden ser los pagos de intereses establecidos sobre deudas o bien los impuestos.

Tanto un tipo de utilidad como otra es importante establecer que consiguen ser vitales a la hora de poder determinar el éxito de una empresa en cuestión. De la misma manera, también se emplean para mostrar la vulnerabilidad de cualquier entidad. En concreto, cuando decimos vulnerabilidad nos estamos refiriendo a la capacidad que puede tener aquella para poder hacer frente a todos y cada uno de los efectos, adversos o no, que puedan llegar a producirse en un momento determinado y entre los que se encontrarían las situaciones de crisis.

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