Definición de tugurio

El vocablo latino tugurĭum derivó en tugurio, un término de nuestra lengua que alude a una casa precaria o instalada al margen de la ley. De acuerdo al contexto, la idea de tugurio puede referirse a una casilla, una habitación o un establecimiento donde pueden encontrarse productos ilegales.

Por ejemplo: “En los tugurios del barrio no hay electricidad ni agua potable”, “Tengo que empezar a ahorrar algo de dinero: no quiero pasar mi vejez en un tugurio”, “La policía allanó un tugurio donde se vendía droga”.

El concepto puede vincularse a las viviendas que se construyen más allá de las normas de ordenamiento urbano de una región. Los tugurios surgen cuando las personas no tienen la posibilidad de acceder a una vivienda digna y por eso terminan recalando en asentamientos irregulares, los cuales se conocen como villas de emergencia, favelas o chabolas según el país.

Quienes viven en un tugurio suelen tener sus necesidades básicas insatisfechas: estas casas, por lo general, carecen de servicio eléctrico, cloacas y conexión de gas. Los tugurios además están construidos con materiales poco resistentes y suelen tener una estabilidad reducida.

Del mismo modo que ocurre con términos como «abuso», «muerte», «enfermedad» y «pobreza», entre muchos otros, es más común utilizar tugurio de forma exagerada que precisa: recurrimos a él para criticar la falta de orden o de higiene de una casa bien construida y con los servicios básicos más a menudo que para hablar de una vivienda propia de una villa de emergencia.

Si bien esto no ocurre en todas las culturas, varios países de habla hispana tienden a usar el lenguaje de forma desproporcionada y descuidada, como puede apreciarse en los siguientes ejemplos: «En cuanto lo vi entrar en la oficina, casi me da un infarto», «Es que no puede hablarte así, eso es un abuso», «Tu casa es un auténtico tugurio, a ver si te decides a poner un poco de orden». La exageración como componente básico de la comunicación puede parecer graciosa o atractiva a algunos, pero ofender a quienes realmente atraviesan situaciones extremas.

Existen numerosas campañas que buscan concienciar a la población de la realidad que se vive en los barrios pobres, donde reina la contaminación, la falta de recursos, la delincuencia y la discriminación. Mientras las grandes ciudades del mundo son todas diferentes y se distinguen por su arquitectura, sus monumentos y sus medios de transporte público, el tugurio es prácticamente igual en cualquier país, y siempre se busca dejarlo bajo la sombra, lejos de la ruta que recorren los autobuses turísticos.

Como lugar donde se desarrollan actividades ilícitas, un tugurio puede abrir las puertas a la comercialización de drogas o mercaderías de contrabando, además de la realización de apuestas clandestinas, por citar algunas posibilidades.

Otra de las acepciones de este término, aunque el diccionario de la Real Academia Española no la tome en cuenta, habla de un bar de muy baja categoría, por lo general falto de higiene y con un aspecto que deja mucho que desear. De hecho, es común encontrarse con este significado en el habla cotidiana: «Salimos un rato antes de la madrugada y caímos en un tugurio que está cerca del parque», «Adolfo es un desastre, siempre ahogándose en algún tugurio», «¡¿A ese tugurio piensas llevar a tu pareja?!».

“El tugurio”, por otra parte, es el nombre con el que bautizó el escritor argentino Osvaldo Bayer su casa en la Ciudad de Buenos Aires. El autor de “La Patagonia rebelde” optó por esta denominación, sugerida por el también escritor Osvaldo Soriano, ya que le resultó simpática ante el desorden habitual de libros, revistas y papeles en su vivienda.

Definición siguiente →