Definición de triángulo
Con origen en el latín triangulus, la palabra triángulo se utiliza para identificar un polígono compuesto por 3 lados. Esta figura geométrica se logra a partir de la unión de tres rectas que se interceptan en tres puntos desalineados. Cada uno de estos puntos donde las rectas se unen recibe el nombre de vértice, mientras que los segmentos que se pueden apreciar en la figura reciben el nombre de lados.
Un triángulo, según se desprende de la teoría, siempre tiene tres lados e igual cantidad de vértices y ángulos internos. Es habitual que se conozca por el nombre de sus vértices, designados con letras latinas mayúsculas: triángulo ABC.
Existen distintas formas de clasificar un triángulo. Según la amplitud que posean sus ángulos, por ejemplo, un triángulo puede ser rectángulo (cuenta con un ángulo interno recto, delimitado por un par de lados que se conocen como catetos, mientras que el restante recibe el nombre de hipotenusa), acutángulo (sus tres ángulos interiores son agudos) u obtusángulo (uno de sus ángulos es obtuso).
Otra clasificación posible de los triángulos está dada por la longitud de los lados. En este sentido, los triángulos pueden ser equiláteros (todos los lados comparten una longitud idéntica entre sí), isósceles (si dos lados poseen igual medida) o escalenos (todos sus lados tienen diferentes extensiones).
En el ámbito de la música, un triángulo es un elemento que forma parte del grupo de los instrumentos de percusión. Consiste en una vara de metal de apariencia similar a la figura geométrica que le da su nombre amarrada a un lazo o cordón y produce sonidos al golpearla con un palito del mismo material. El sonido nace por las vibraciones del metal tras el golpe.
El triángulo se caracteriza por ser capaz de producir notas muy agudas, aunque de altura difícilmente identificable. El músico está en condiciones de generar un sonido abierto o cerrado de acuerdo a la forma en que sostiene el instrumento.
Los triángulos como base del entretenimiento en 3D
Dado el exitoso regreso de la tercera dimensión al cine y su gradual aceptación en el mundo de los videojuegos, es necesario hacer una distinción entre este efecto, técnicamente llamado 3D estereoscópico, y la técnica que se basa en el uso de triángulos y otros polígonos para construir modelos en 3 dimensiones, muy popular desde mediados de los años 90.
El primer acercamiento efectivo a los juegos en 3D fue, sin lugar a dudas, responsabilidad de id Software, cofundada por el aclamado programador John Carmack. Gracias a títulos como Wolfenstein 3D y Doom, los jugadores experimentaron un nivel de inmersión sin precedentes, que cambiaría las bases del entretenimiento digital para siempre.
Dichos juegos, sin embargo, usaban técnicas y trucos para simular la profundidad de sus escenarios y personajes, ya que en muchos casos se trataba de imágenes sin volumen que cambiaban de acuerdo a la perspectiva del jugador. En poco tiempo, se establecieron las bases del desarrollo en 3 dimensiones, y el triángulo fue elegido por la mayoría como la figura geométrica básica.
Durante unos años, los nombres más prominentes de la industria lucharon por aumentar el número de polígonos que sus motores (el conjunto de herramientas necesarias para desarrollar un juego) eran capaces de poner en pantalla. Se conoce que se invierten millones al año en investigaciones para acrecentar este valor, que cada vez es menos importante en el producto final.
Si bien los triángulos constituyen la base de casi cualquier objeto tridimensional, sería imposible conseguir una cantidad de detalle comparable con la realidad basándose en dicha figura. Para solventar dicha limitación, se utiliza una serie de efectos visuales que pueden mejorar sustancialmente el aspecto de un modelo.