Definición de terrible

El vocablo latino terribĭlis derivó en terrible, un adjetivo que puede emplearse con distintos sentidos. La primera acepción que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) refiere a aquello que provoca terror (miedo de gran intensidad).

Por ejemplo: “¡Terrible choque en la primera vuelta de la carrera! Esperemos que no haya heridos ya que el impacto fue muy fuerte”, “Cuando vi la terrible herida que tenía en mi brazo, me asusté mucho y comencé a llorar”, “La caída fue terrible, pero afortunadamente no tuvo grandes consecuencias”.

Terrible también es algo que resulta arduo de soportar o resistir: “Ver a mi padre herido por el balazo resultó algo terrible para mí”, “Quedarme sin trabajo a esta edad sería terrible: espero que la situación de la empresa mejore rápido”, “La verdad es que fue una noticia terrible, aunque con mucho esfuerzo logramos salir adelante”.

Como ocurre con cualquier adjetivo derivado de un sustantivo abstracto (en este caso, «terror»), nos encontramos ante una palabra que puede ser concebida de muchas formas diferentes. Si formamos un grupo de diez personas al azar, es muy probable que no compartan todos sus gustos, ni sus opiniones acerca de temas tales como la política y la religión, ni sus miedos. Este último punto es la clave para divisar qué situación puede parecer terrible para alguien.

El sustantivo terror es uno de los sinónimos de «miedo«, así como también lo son los términos espanto, pavor y pánico. De hecho, el concepto de terror nocturno es una versión más intensa de la pesadilla, ya que se trata de un trastorno del sueño que produce un gran miedo a quien lo experimenta y suele ir acompañado de una especial dificultad para recuperar completamente el estado de consciencia, además de movimientos violentos, gritos, llanto, un alto nivel de sudoración, dilatación de las pupilas y aceleración del ritmo cardíaco.

Por lo general, los terrores nocturnos se desencadenan a raíz de falta de sueño, fiebre o temporadas de estrés y demasiada tensión a nivel emocional. Todas estas situaciones nos alteran física y mentalmente, razón por la cual nos impiden descansar con normalidad. Dicho esto, resulta muy fácil de comprender que hayan escogido una palabra de la familia de «terrible» para este trastorno. Una persona que teme perder la casa, otra que siente una gran inseguridad en el trato con los demás y un tercero que detesta la oscuridad probablemente sufrirán pesadillas muy diferentes, y entonces usarán este adjetivo en situaciones igualmente dispares.

Un acontecimiento o un objeto de enormes proporciones, por otro lado, pueden ser calificados como terribles: “El triunfo del seleccionado de vóley generó un impacto terrible a nivel internacional”, “Tengo un hambre terrible… ¿falta mucho para la cena?”, “Mariana se compró una terrible casa frente al mar en Punta del Este”.

Es importante tener en cuenta que, de acuerdo al contexto, este adjetivo puede aludir a algo positivo o negativo. Si una persona indica que un producto tiene un “éxito terrible en el mercado asiático”, estará haciendo referencia a un buen desempeño. En cambio, si alguien señala que la contaminación de una determinada playa es “terrible”, la calificación hecha resultará negativa.

A diferencia de ciertas palabras cuyo uso se da con especial frecuencia en el habla popular o en la lengua escrita, terrible es una que aparece en cualquier ámbito, aunque esto no significa que no existan diferencias según el contexto. Si alguien intenta describir en una conversación informal la situación que viven los habitantes de un poblado que ha sido bombardeado recientemente, puede perfectamente decir que «deben estar pasando un momento terrible»; en un periódico, por otro lado, seguramente se hable de «la terrible realidad de las víctimas». La mera inversión de orden entre el adjetivo y el sustantivo provoca un impacto imposible de ignorar.

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