Definición de superfluo

Hasta el latín hay que “marcharse” para poder encontrar el origen etimológico del término superfluo que ahora nos ocupa. En concreto, podemos decir que se trata de una palabra que deriva de “superfluus”, que se ha formado a partir de la suma de dos partes:

-El prefijo “super-”, que puede traducirse como “por encima”.
-La raíz del verbo “fluere”, que es sinónimo de “fluir”.

El concepto refiere a aquello que sobra o que es innecesario. Por ejemplo: “No perdamos el tiempo con temas superfluos: discutamos el asunto central de esta cuestión”, “La película se queda en lo superfluo y no profundiza sobre los problemas de la pareja”, “La decoración minimalista se basa en la eliminación de los elementos superfluos”.

Los gastos superfluos son aquellos que no resultan necesarios.

Los gastos superfluos

Es habitual que la noción se asocie a los gastos. En este sentido, se puede distinguir entre los gastos necesarios o imprescindibles y los gastos superfluos. Tomemos el caso de una familia. En la economía hogareña, hay ciertos gastos que deben realizarse obligatoriamente: pagar los servicios de electricidad, agua y luz, comprar comida, etc. Si la familia no realiza dichos gastos, no puede satisfacer sus necesidades básicas. En cambio, otros gastos no son imprescindibles. Entre ellos podemos nombrar salir a comer afuera, ir al cine o comprar un adorno. Todos estos gastos, por lo tanto, pueden calificarse como superfluos.

Para los gobiernos, eliminar los gastos superfluos es muy importante para evitar el déficit. Los partidos políticos opositores, de hecho, suelen denunciar la existencia de gastos superfluos ya que implican una administración ineficiente de los fondos públicos.

Para una persona, una determinada aplicación del teléfono puede ser superflua; para otro sujeto, esa misma herramienta puede resultar imprescindible.

El rol de la subjetividad

En ocasiones, la calificación de superfluo es muy subjetiva. Una persona que compra un teléfono celular (móvil) con la única intención de hablar con su hijo puede afirmar que los juegos y la cámara fotográfica del dispositivo son prestaciones superfluas.

En cambio, el adolescente que adquiere el teléfono para entretenerse en su tiempo libre considerará que dichas aplicaciones son muy importantes. Todo depende del análisis que se realice.

Individuos superfluos

No podemos pasar por alto tampoco que en algunos países se utiliza el término superfluo que estamos abordando para referirse a ciertos individuos. En concreto, se emplea para definir a personas que se caracterizan porque son muy frívolas, ya que sólo se preocupan de aspectos tales como el dinero o la apariencia; porque no tienen capacidad para poder hablar de temas importantes o porque siempre están preocupándose de aspectos y cuestiones absurdas.

Así, por ejemplo, un hombre o una mujer que busque pareja fijándose simplemente en el dinero que pueda tener en su cuenta corriente o en su apariencia física podemos decir que son personas superfluas.

Un estereotipo en la literatura rusa

A todo eso hay que añadir que dentro de la literatura rusa existe la figura del llamado hombre superfluo. Se trata de un estereotipo que se encuentra fácilmente en las obras realizadas en aquel país durante el siglo XIX y que se caracteriza por pertenecer a la aristocracia o tener un elevado poder adquisitivo, por ser muy idealista y por gozar de gran inteligencia.

Todo eso sin pasar por alto que también se identifica por el hecho de que está descontento con la sociedad que la ha tocado vivir y que no cree ni en nada ni en nadie.

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