Definición de solicitud de empleo
Una solicitud es un pedido o una diligencia. El término, que procede del latín sollicitudo, refiere al verbo solicitar (pedir, pretender o buscar algo). Empleo, por su parte, es un término con varios significados, aunque en este caso nos interesa su utilización para nombrar a una ocupación, trabajo u oficio.
La noción de solicitud de empleo, por lo tanto, está vinculada a la carta de contacto que una persona envía a una empresa con la intención de postularse para alguna oportunidad laboral, ya sea porque realmente desee trabajar allí o porque sepa que cuenta con puestos disponibles que se ajustan a su perfil.
Por ejemplo: “Esta mañana completé cuatro solicitudes de empleo: espero tener suerte”, “La multinacional informó que aceptará solicitudes de empleo hasta fin de mes y luego cerrará su plantilla”, “Me acaban de llamar del estudio: dicen que aprobaron mi solicitud de empleo”.
La solicitud de empleo puede ser espontánea (cuando el trabajador escribe a la empresa y adjunta su currículum vitae para ser tenido en cuenta en el momento en que surja una vacante) o gestionada por la propia empresa (que diseña un formulario estándar para que los interesados lo completen).
El aspecto central de una solicitud de empleo consiste en la explicación de los intereses de la persona (cuál es el motivo de su contacto) y el detalle de su experiencia, conocimientos y aptitudes. Por lo general se recomienda utilizar un tono formal, que exprese con precisión y sin ambigüedades qué es lo que pretende el sujeto con su solicitud (ser contratado para un determinado puesto, realizar una pasantía, colaborar a tiempo parcial, etcétera).
No existe una serie definida de pasos que aseguren el éxito a la hora de solicitar empleo, pero sí hay ciertos consejos que maximizan las posibilidades de los candidatos. En primer lugar, es imprescindible tener claros los propios objetivos; si no sabemos por qué deseamos trabajar en una compañía determinada, u ocupar un puesto en particular, entonces nos resultará muy difícil convencer a la otra parte de darnos una oportunidad.
Muchas veces nos mueve la necesidad de percibir un ingreso económico, pero esta razón no debería gritarse a los cuatro vientos durante una entrevista laboral; dependiendo del tipo de trabajo para el cual nos postulemos, suele ser preferible mostrar una motivación ajena al dinero, un enfoque hacia el crecimiento profesional y personal.
A diferencia de lo que muchos piensan, no todos los empleadores dan tanta importancia a los títulos universitarios; si bien muchas empresas los incluyen en sus requisitos básicos, las personas verdaderamente talentosas y determinadas a menudo consiguen atravesar dicha barrera. Sabiendo esto, si estamos decididos a trabajar en una compañía en particular, debemos prestar atención exclusivamente en nuestros puntos fuertes, y evitar que nuestras inseguridades se apoderen de las entrevistas.
Una solicitud de empleo puede ser todo un desafío, una batalla en la cual sólo obtienen la victoria aquéllos que saben levantarse y seguir hasta el final. Debemos estar preparados para todo tipo de percances y momentos incómodos, como ser problemas de salud que nos impidan contar con nuestras facultades al 100%, hostilidad por parte de quienes nos entrevisten, la inclemencia del tiempo justo el día de la primera toma de contacto y los potenciales retrasos de los medios de transporte públicos. Pero nada debe detenernos.
Por último, la sinceridad es muy importante a la hora de realizar una solicitud de empleo, ya que nos evita sostener una red de mentiras que, por lo general, tiende a volverse en nuestra contra. ¿Por qué incluir en nuestro currículum una experiencia laboral que no hemos tenido? Aunque la fuerte demanda nos tienta a falsificar nuestros datos, es siempre preferible defender nuestra verdadera trayectoria, nuestros verdaderas capacidades y conseguir el puesto que buscamos siendo auténticos.