Definición de simulación
Hasta el latín hay que marcharse para encontrar el origen etimológico del término simulación que ahora nos ocupa. Y es que emana de la unión de dos componentes léxicos latinos: la palabra “similis”, que puede traducirse como “parecido”, y el sufijo “-ion”, que es equivalente a “acción y efecto”.
Simulación es la acción de simular. Este verbo refiere a representar algo, imitando o fingiendo lo que no es. Por ejemplo: “El árbitro consideró que el delantero hizo una simulación y por eso decidió amonestarlo”, “Las autoridades pidieron a los empleados que realizarán una simulación de la votación para analizar si están capacitados”, “El arquitecto presentó una simulación computarizada de lo que sería el edificio”.
Puede definirse a la simulación como la experimentación con un modelo que imita ciertos aspectos de la realidad. Esto permite trabajar en condiciones similares a las reales, pero con variables controladas y en un entorno que se asemeja al real pero que está creado o acondicionado artificialmente.
La idea es que la simulación permita comprobar el comportamiento de una persona, de un objeto o de un sistema en ciertos contextos que, si bien no son idénticos a los reales, ofrecen el mayor parecido posible. Así, es posible corregir fallos antes de que la experiencia, efectivamente, se concrete en el plano de lo real.
Dentro de áreas como la ingeniería industrial existe lo que se conoce como simulación de procesos. Se trata de una herramienta muy importante dentro del sector, pues facilita enormemente la realización de proyectos y tareas. ¿Cómo? Gracias a que se encarga de proceder a representar un proceso mediante otro que resulta mucho más sencillo y fácilmente comprensible.
Es decir, mediante este recurso lo que se logra es poder llevar a cabo diseños buenos a la primera y conseguir productos que permiten obtener un mayor beneficio o un coste competitivo en lo que se refiere a su propia fabricación.
A nivel económico y financiero, tendríamos que destacar otros tipos de simuladores. Así, por ejemplo, en España existe lo que se conoce como simulador de renta. Se trata de una herramienta que se pone al alcance de los ciudadanos para que puedan llevar a cabo de manera muy rápida y sencilla lo que es su declaración de la renta.
Por otro lado, también hay un sistema de simulación de elecciones. Gracias a él lo que se logra es realizar una aproximación a los resultados que se van a producir en unas elecciones, ya sean locales, regionales, nacionales o europeas, por ejemplo. En España este mecanismo recibe el nombre de simulador electoral.
Las simulaciones son habituales en el ámbito de la aviación. La formación de los pilotos incluye prácticas en simuladores que presentan todos los mandos de un avión para volar virtualmente en un ambiente simulado. De esta manera, si el piloto comete algún error propio del proceso de aprendizaje, no sufrirá ningún daño ya que todo se trata de una simulación; en cambio, si el error se cometiera en un vuelo real, el avión podría caerse. Lo que ofrece la simulación, en este caso, es un ámbito seguro para la práctica.