Definición de simplificar

La etimología del término simplificar nos lleva al latín. En concreto, podemos establecer que se trata de un verbo que es fruto de la suma de dos componentes del latín: el adjetivo “simplex”, que puede traducirse como “simple”, y el verbo “facere”, que es sinónimo de “hacer”.

El concepto se vincula a lograr que algo se vuelva más simple: es decir, menos complejo, difícil o complicado. Por ejemplo: “No entiendo lo que quieres que haga: ¿podrías simplificar tus instrucciones?”, “Voy a simplificar mi idea: lo único que pretendo es que aprovechen mejor el tiempo de trabajo, no que pasen más horas en la oficina”, “El gobierno se comprometió a simplificar los trámites para la obtención de la licencia de conducir”.

El verbo simplificar, de este modo, puede emplearse en muchos ámbitos. Cuando la simplificación se vincula al lenguaje, hace referencia a cambiar el modo de explicación para que la comprensión de la información sea más sencilla. No es lo mismo decir “Voy a disputar un encuentro deportivo en el cual tendré que emplear mis pies para impulsar un balón y tratar de introducirlo en el arco rival” que “Voy a jugar al fútbol”. Mientras que la primera expresión es confusa, en la segunda se simplifica lo dicho.

La idea de simplificar también se aplica a distintos procesos. Supongamos que, en una cierta ciudad, los comerciantes que desean obtener una licencia para vender productos alimenticios deben completar cinco formularios, registrarse en tres organismos estatales diferentes y superar cuatro inspecciones que se realizan a lo largo de un semestre. Ante las quejas de los comerciantes, las autoridades deciden simplificar el procedimiento y comienzan a otorgar las licencias correspondientes con un formulario, el registro en un organismo y dos inspecciones.

De la misma forma, no podemos pasar por alto el hecho de que también se habla de manera coloquial de lo que es simplificar la vida. Esta expresión se utiliza para referirse a la apuesta por quitar elementos superfluos del día a día y por darle valor a lo que realmente es importante. De ahí que se considere que para alcanzar el mencionado objetivo de simplificación vital se puede optar por acometer medidas tales como estas: darle valor al tiempo que se tiene, disfrutar de los pequeños placeres de la vida, establecer prioridades, dedicarle tiempo a las personas que se desea, darle más importancia a los sentimientos y a las cosas inmateriales que a las materiales…Todo eso sin pasar por alto otras acciones como aprender a decir no, no establecerse compromisos, no dedicarse por entero al trabajo…

En el ámbito de las matemáticas, simplificar consiste reducir fracciones para que su expresión sea más sencilla. La fracción 3/6, por ejemplo, se puede simplificar y convertir en 1/2.

Es decir, consiste en conseguir que las fracciones se presenten de una manera equivalente mucho más sencilla para que pueda ser menos complicado operar con las mismas. ¿Cómo se acomete ese proceso de simplicación? Muy sencillo: dividiendo el numerador y el denominador de aquellas por el mismo número.

Así, por ejemplo, una manera de simplificar la fracción 18/30 sería dividir ambos términos por 2, lo que daría como resultado la fracción 9/15.

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