Definición de siervo
El término latino servus se convirtió, en castellano, en siervo. El concepto se emplea, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), para nombrar al esclavo que se encuentra al servicio de un señor.
Pese a esta definición, suele diferenciarse entre el siervo y el esclavo. El siervo recibía del señor feudal una vivienda y tierra para trabajar y podía quedarse con un porcentaje de la cosecha. Además, para la ley, era un hombre libre. El esclavo, en cambio, era una propiedad de su amo.
Siervo y esclavo son nociones similares, aunque con diferencias.
Diferencias entre el siervo y el esclavo
régimen feudal. Se trataba entonces de una institución que consagraba un vínculo social conocido como servidumbre, que unía a un campesino (el siervo) con un noble (el señor feudal) a través de los servicios que el primero brindaba al segundo. El señor, por su parte, retribuía al siervo por dicha fidelidad.La figura del siervo puede encontrarse en la Edad Media.
El concepto en la religión
En el contexto de la religión, los siervos son los fieles que cumplen con los mandatos de una doctrina y siguen a una cierta autoridad. En este caso, la denominación de siervo está asociada a la humildad y al acatamiento del creyente.
Es interesante conocer también que en la “Biblia” se recurre a la utilización de la expresión el siervo de Yahvé que se expresa para referirse a quien Yahvé, a modo de “título honorífico”, elige para que le acompañe en lo que es la consecución de su designio.
En determinadas religiones, se califica como siervo de Dios a aquellas personas cuya fe presenta características extraordinarias. El catolicismo, por ejemplo, nombra como siervo de Dios al sujeto que inicia su camino a su posible beatificación y luego, a la canonización.
Siervo en la literatura y como adjetivo
Dentro del ámbito literario podemos destacar la existencia de una larga lista de obras que han utilizado en sus títulos el término de siervo. Un ejemplo es la novela “Siervo sin tierra”, publicada en el año 1985 y que está escrita por Eduardo Caballero Calderón. Narra la historia de un campesino que responde al nombre de Siervo Joya y que trabaja duramente para subsistir. Sin embargo, no lo tendrá fácil pues sus ideas políticas chocarán de frente con las del poder reinante, que hará todo lo que está en su mano para desposeer a los campesinos de sus tierras.
Siervo, por último, puede ser el adjetivo que se otorga a un individuo que evidencia respeto o sumisión a otro: “El mafioso envió a sus siervos a amedrentar a los vecinos”.