Definición de sibarita
El vocablo latino Sybarīta procede de la lengua griega y hace referencia a Síbaris o Síbari. Se trata de una ciudad italiana, localizada en el golfo de Tarento, que antiguamente fue famosa por su esplendor y por el refinamiento de sus habitantes, conocidos como sibaritas.
En la actualidad, sibarita se emplea como adjetivo para calificar al individuo cuyos gustos y pasatiempos son finos y distinguidos. Los sibaritas suelen ser personas de buena posición económica, que cuentan con los recursos económicos necesarios para satisfacer sus consumos refinados.
Respecto a la alimentación, los sibaritas disfrutan la buena mesa. Pueden adquirir alimentos importados de gran calidad, productos orgánicos y frecuentar las llamadas delicatessen (un término compuesto del alemán que hace referencia a tiendas en las que se venden productos exclusivos, difíciles de conseguir y de una calidad muy elevada). También suelen privilegiar bebidas como variedades de vino, champán y licor de elevado costo, ya que el precio por lo general está vinculado a la calidad.
Los automóviles clásicos o de última generación, los nuevos productos tecnológicos y la ropa de diseñadores reconocidos son otros de los consumos habituales de los sibaritas.
Como se puede advertir, llevar el estilo de vida de un sibarita exige importantes desembolsos económicos, ya que estas personas optan por productos de precios elevados. Eso hace que algunos individuos, en el afán de vivir como sibaritas, contraigan deudas que atenten peligrosamente contra su estabilidad económica.
Cabe resaltar que la idea de sibarita puede aplicarse a consumos culturales o simbólicos, que trascienden la compra de productos. Un sibarita de la música, por citar una posibilidad, es un melómano: ama escuchar música durante todo el día, asiste con frecuencia a conciertos, etc.
Es importante entender que el sibarita no persigue los productos exclusivos con el objetivo de ostentar su nivel económico; por el contrario, siente una necesidad que surge de una sensibilidad especial, gracias a la cual es capaz de experimentar una serie de sensaciones cuando los consume que no se comparan con la percepción que tiene de ellos el resto de la gente.
De todas las características mencionadas hasta el momento, en la Península Ibérica y en ciertos países de América Latina es común que simplemente baste la afición por el buen comer y por los productos exclusivos o refinados para ser calificado de sibarita. Dicho de otra forma, en estas regiones el término puede ser considerado un sinónimo de «gourmet«.
La figura del sibarita aparece en todas las formas de arte, ya sea que se lo mencione como tal o no. Su presencia puede tener diferentes intenciones: dependiendo del tono de la obra y de las ideas de los creadores, puede usarse para denunciar ciertas injusticias de la sociedad que impiden a algunos el acceso a las comodidades básicas mientras otros pueden llevar una vida de excesos, pero también para construir personajes que lleven ese estilo de vida con una profundidad que trascienda la mera posesión de coches e inmuebles caros. En la novela «A contrapelo«, del escritor francés Joris-Karl Huysmans, el personaje Jean Floressas Des Esseintes es un claro ejemplo de sibarita en la ficción.
Un término cuyo significado se asemeja bastante al de sibarita es «dandy», también escrito «dandi»; se trata de un concepto del inglés que sirve para describir a un individuo muy interesado en la moda, que viste prendas muy refinadas y que proviene de la burguesía. Los primeros dandis aparecieron en la Inglaterra del siglo XVIII, aunque también en Francia, y solían tener fuertes personalidades y contar con valores avanzados para su época. Se conoce con el nombre de «dandismo» a la corriente asociada a este tipo de personas.