Definición de seducción
Del latín seductĭo, la seducción es la acción y efecto de seducir. Esto supone la capacidad de inducir a una persona a que realice una determinada acción o participe en un determinado comportamiento. La seducción, por lo tanto, está asociada a la persuasión.
Provocar la atracción de forma consciente es el objetivo de la seducción. El significado habitual del término está relacionado con lo sexual: seducir a una persona es conquistarla para entablar una relación íntima.
Por ejemplo: “Ya no sé que táctica de seducción utilizar para conquistar a mi compañera de trabajo”, “La seducción dio resultado y, después de varios meses de esfuerzos, hoy estamos de novios y con un gran futuro por delante”, “La seducción no debe perderse después del matrimonio: cada día es una oportunidad para volver a conquistar y sorprender a la persona amada”.
A lo largo de la historia, han existido multitud de hombres y mujeres que se han considerado como auténticos maestros de la seducción. Este sería el caso, por ejemplo, de Cleopatra, la que fuera última reina del Antiguo Egipto, o del escritor y aventurero veneciano Giacomo Casanova. Un personaje este último que parece ser llegó a conquistar a 132 mujeres, de ahí que en la actualidad cuando se defina a un hombre como muy seductor se le dé en llamar casanova.
Muchos son los consejos y trucos que se establecen que ejercen como magníficas armas de seducción. No obstante, entre todas ellas destacaríamos una bonita sonrisa, una mirada penetrante, unas leves caricias que no intimiden ni acosen o unas palabras suaves, cercanas e interesantes.
Todo ello sin olvidar tampoco que, de igual modo, se convierten en instrumentos vitales para seducir el tener sentido del humor y hacer reír a la persona a la que queremos seducir, el estar seguro de uno mismo, el mantener cierto aire de misterio e indiferencia en un primer momento o el tener paciencia.
Así será como se consigue “hacer caer en las redes” a la persona que deseamos. No obstante, luego en la intimidad de la habitación hay que apostar por desplegar otra serie de trucos de seducción para conseguir que la magia surja entre ambos. En este caso, los expertos recomiendan en llevar a cabo un masaje erótico, el susurrar palabras al oído, besar de manera apasionada y el disfrutar de toda una amplia gama de juegos preliminares.
Existe la creencia que supone que el hombre debe ser quien seduce a la mujer. La realidad indica que la seducción siempre es mutua y que, en lo que se refiere a los primeros pasos de una posible relación, pueden ser dados tanto por el hombre como por la mujer.
La seducción también puede estar vinculada a algo negativo. Seducir puede ser, por lo tanto, engañar a alguien para persuadirlo a realizar algo malo: “Yo no quería participar de ese negocio turbio, pero mi socio me sedujo con la propuesta y finalmente me equivoqué”, “Los mafiosos siempre están tendiendo sus redes de seducción para captar nuevos jóvenes dispuestos a realizar los trabajos sucios a cambio de unos billetes”.