Definición de sabiduría
Lo primero que hay que conocer al respecto del término sabiduría que ahora nos ocupa es su origen etimológico. En este caso, podemos determinar que deriva del latín, concretamente del verbo “sapere”, que es sinónimo de “tener inteligencia y buen gusto”.
La primera acepción del término sabiduría que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) hace referencia al nivel más elevado del conocimiento. Quien posee sabiduría, por lo tanto, dispone de saber y de un entendimiento profundo sobre algún tema.
Por ejemplo: “Apenas comenzó la conferencia, la sabiduría del Dr. Milcotzer se hizo evidente gracias a sus reflexiones y explicaciones”, “Voy a llamar a mi primo Eduardo, que tiene una gran sabiduría en lo referente a mecánica”, “Admiro la sabiduría japonesa en materia de tecnología”.
La sabiduría, por lo tanto, es la comprensión avanzada que una persona tiene de un asunto. Si un hombre completa una licenciatura en Literatura, obtiene un doctorado en Letras alemanas y asiste a diversos seminarios, es probable que desarrolle sabiduría en materia literaria. Esto querrá decir que sabe mucho sobre la temática.
Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto lo que se ha dado en llamar sabiduría maya. Básicamente es un término que se emplea para referirse al conjunto de conocimientos e información ancestral que tenían dentro de esa cultura los guías espirituales. Se trataba de una sabiduría que era mantenida en absoluto secreto de generación en generación y que se consideraba que era fundamental para determinar la conciencia y la personalidad social de sus gentes.
Buena muestra de la misma son ciertas predicciones o teorías que se han ido desvelando y que incluso hoy, en pleno siglo XXI, se consideran acertadas o, cuanto menos, esclarecedoras.
De la misma forma, no podemos olvidarnos de la llamada sabiduría popular, bajo cuya denominación se encuentran numerosos conocimientos, aprendizajes y experiencias de generaciones pasadas que se van transmitiendo progresivamente a las posteriores. En muchas ocasiones se sustenta en “leyendas urbanas” y en otros es una gran enseñanza. Reflejos de la misma son, por ejemplo, los refranes.
La idea de sabiduría también se emplea para nombrar a la conducta o el comportamiento inteligente o sensato. Suele mencionarse que un jugador de fútbol tiene sabiduría cuando, gracias a su experiencia y visión del juego, sabe ubicarse correctamente en el campo de juego, asistir a sus compañeros y manejar el ritmo de juego.
Es importante aclarar que la sabiduría no siempre está vinculada a la acumulación de conocimientos teóricos o técnicos. Una persona puede estudiar durante años y, sin embargo, no tener sabiduría, ya que no dispone la capacidad de aplicar los conocimientos que adquirió. De igual forma, un individuo puede alcanzar la sabiduría a partir de la observación o de pruebas de ensayo/error.
Para la psicología, concretamente para la llamada psicología positiva, la sabiduría se presenta como una fortaleza humana y se define como la capacidad que tiene una persona de adquirir información y de utilizarla de la manera más positiva y beneficiosa posible, tanto para sí misma como para los demás.