Definición de rótula
Rótula es un término que procede del vocablo latino rotŭla, que hace referencia a una rueda de tamaño pequeño. El concepto se emplea para nombrar al hueso que se ubica en la parte anterior de la rodilla y que permite la articulación entre la tibia y el fémur.
Con forma redondeada, este hueso que también se conoce como patela se ubica por delante del extremo inferior del fémur y forma parte del cuadriceps femoral ya que se halla vinculado a su tendón terminal.
Los expertos distinguen varios sectores o regiones en la rótula: este hueso tiene una base, dos bordes laterales, un apex (vértice), una cara posterior y una cara anterior. La estructura ósea permite incrementar la eficiencia del cuadriceps, centralizando sus fuerzas divergentes.
Gracias a la rotula es posible permanecer erguido, saltar, correr, trotar y caminar, entre otros movimientos. Cuando el hueso no se encuentra centrado en el lugar que le corresponde o no se desliza correctamente por el surco que se sitúa al final del fémur, la persona no puede desplazarse con normalidad y experimenta dolores en su rodilla.
En el caso de las mujeres, una de las lesiones más habituales que suelen padecer con respecto a la rótula es lo que se conoce como dislocación de rótula. La misma puede surgir por distintas causas siendo unas de las más frecuentes tanto una lesión directa como un cambio súbito de dirección cuando se está pisando el suelo.
Esa situación se ve reflejada porque el hueso se desplaza o se sale del lugar que le corresponde. Al respecto también merece la pena conocer otros datos de interés, tales como los siguientes:
-Los síntomas más habituales que suelen identificar que una persona sufre una dislocación de rótula son la hinchazón de la rodilla, fuertes dolores en la misma, deformaciones palpables en esa zona del cuerpo, excesiva sensibilidad en esa parte…
-Es necesario acudir al médico para que este pueda no sólo ver el estado de la rodilla sino también para que pueda realizar las pruebas pertinentes, concretamente unas radiografías, y establecer el diagnóstico adecuado.
-Entre los tratamientos que existen para esta situación lo habitual es que se opte por recurrir a enyesar la rodilla o bien a colocar en la misma una férula para impedir que esa parte del cuerpo pueda moverse. Y así deberá permanecer el paciente como mínimo tres semanas.
-En el caso de que se compruebe que la dislocación no se ha solventado o que la situación es más grave de lo establecido en un primer momento se puede acabar optando porque el paciente pase por el quirófano.
Si por un golpe brusco o por el deterioro la rótula se desplaza hacia fuera, se puede producir un daño en el cartílago rotuliano. Otra lesión probable en la rótula es una luxación, que supone que la rótula sale del surco del fémur o se inclina. En ambos casos, el resultado será la imposibilidad de movilizar la pierna de manera natural.
Los problemas de rótula pueden tratarse mediante ciertos ejercicios (que ayuden a fortalecer los músculos que la rodean) o a través de una intervención quirúrgica.