Definición de ritmo musical
Ritmo es un término que procede de rhythmus, un vocablo latino. Se trata del orden que, de acuerdo a lo que marca un compás, coordina una sucesión de cosas. Musical, por su parte, es lo que está vinculado a la música.
El ritmo musical, por lo tanto, es una fuerza o un movimiento formado por una cierta sucesión de sonidos. Puede decirse que el ritmo de la música se compone de ciclos que se reiteran en intervalos temporales.
El ritmo musical se forma a partir de una sucesión de sonidos.
Cómo se define el ritmo musical
Las notas y los silencios se presentan a lo largo de una melodía y definen el ritmo de la misma. En el ritmo entra en juego la repetición, en determinados intervalos, de sonidos breves, largos, débiles y fuertes.
Cuando escuchamos una canción, el ritmo es la organización de los pulsos (una unidad que mide el tiempo en la música) y de los acentos (el énfasis de un pulso) que percibimos a modo de estructura de la composición. El ritmo puede determinar también el movimiento o el baile asociado a la composición musical.
El ritmo musical puede influir en el estado de ánimo. Una canción de ritmo rápido incitará al movimiento, a la agitación y a la euforia. En cambio, una canción de ritmo sosegado facilitará la relajación.
Es importante tener en cuenta que una misma pieza musical puede albergar diferentes ritmos. Ese es el caso de la melodía que incluye momentos lentos y otros mucho más frenéticos. El músico deberá ordenar todos estos elementos para que el oyente perciba la obra como una unidad.
El estado anímico puede modificarse según el ritmo musical.
El ser humano y la música
El proceso de aprendizaje de teoría musical es uno de los más interesantes y uno de los que más divide a la sociedad: casi todos nacemos con la capacidad de percibir la música y de expresarla, cada uno con sus habilidades particulares, pero sólo unos pocos llevan este rasgo natural un paso más allá y convierten la música en una serie de complejos conceptos. Resulta curioso que el término «ritmo» tenga un uso tan frecuente entre grupos de personas tan diversas, ya que todas ellas se refieren más o menos a lo mismo, y a su vez a cosas muy diferentes.
Para el público de la música popular, el ritmo musical es algo mágico, inexplicable, que nos lleva a movernos y a cantar, algo que nace con aquellas personas especialmente talentosas para bailar; los académicos, por su parte, suelen ver el ritmo como una autoridad a la que deben respetar, o bien frente a la cual deciden actuar de forma descarada para inyectar en una obra su propia visión, sus licencias, siempre aplicando otros conceptos técnicos que lo justifiquen. En pocas palabras, cuando se habla de calificar un ritmo, unos expresan su gusto, mientras que otros lo etiquetan según una clasificación teórica.
A pesar de dichas diferencias, todos los seres humanos que se acercan a la música, tanto quienes lo hacen por el mero disfrute como aquellos que dedican años de su vida al estudio de su teoría, entablan una relación con el ritmo de cada melodía que resulta difícil explicar o justificar: los que nos aburren y los que nos fascinan, todos los ritmos tocan algo en nosotros que despierta una reacción sin igual.
Como se menciona en un párrafo anterior, la música académica no siempre respeta el ritmo a rajatablas; por el contrario, esto ocurre más comúnmente en la popular, sobre todo cuando las bases son sintéticas. Sin embargo, el secreto de una buena ejecución y del efecto que ésta causa en sus oyentes se encuentra en gran parte en la maestría con la que se lleva el ritmo: si una melodía nos cautiva y nos impide olvidarla o dejar de escucharla, probablemente los instrumentistas han hecho un buen trabajo.