Definición de respuesta incondicionada
Una respuesta puede ser una reacción frente a un estímulo o una contestación ante un requerimiento o una llamada. El adjetivo condicionado, por su parte, está relacionado a una condición.
Una respuesta incondicionada es aquella que surge de manera natural e innata: no necesita, por lo tanto, de un proceso de aprendizaje. Distinto es el caso de una respuesta condicionada, que requiere que el sujeto aprenda a responder a partir de una experiencia previa.
La respuesta incondicionada, en definitiva, no requiere de la condición de un aprendizaje para desarrollarse. Estas respuestas forman parte de las habilidades naturales y de nacimiento que tiene una persona o un animal. Un ejemplo típico de respuesta incondicionada es el hecho de secretar saliva al observar un alimento. Cuando estamos ante una comida que nos gusta mucho, se nos “hace agua” la boca debido a que el organismo comienza a prepararse para la digestión y necesita la saliva para realizar el proceso.
Uno de los ejemplos más claros de respuesta incondicionada es la famosa teoría de Pavlov que se sostenía en los perros y en cómo estos proceden a salivar cuando tienen delante alimentos. Pero no sólo eso sino también en el hecho de que también comenzaban a salivar en el momento que aparecían otros estímulos relacionados con la comida, como las pisadas o ciertos ruidos.
Por ese motivo, comenzó a trabajar pues percibió que esos canes no sólo se comportaban de esa manera, salivando, como una forma de poder satisfacer las necesidad biológicas que tenían, alimentarse, sino también como una manera de actuar después de un aprendizaje.
De ahí que procediera a hacer uso de carne y de campanas para trabajar con las citadas mascotas. De esta manera consiguió que las mismas no sólo llegaran a ser capaces de salivar cuando veían la carne sino también cuando la carne iba acompañada del ruido de una campana e incluso cuando oían únicamente a esta.
Su experimento se dio en llamar condicionamiento clásico, en el que juegan un papel fundamental tanto la generalización como la adquisición, la extinción o la discriminación de estímulos.
Otra respuesta incondicionada es reaccionar con estornudo cuando una partícula irrita la mucosa nasal. En ese caso, la persona estornudará y expulsará mediante la boca y la nariz una gran cantidad de aire. Esta respuesta es incondicionada ya que ningún ser humano necesita aprender a estornudar: por el contrario, nace con ese tipo de reacción ya incorporado a su esquema.
En ciertos casos, se combinan respuestas condicionadas y respuestas incondicionadas ante un estímulo. Si un niño toca agua hirviendo, retirará la mano de manera inmediata por un acto reflejo (natural). Esa experiencia y las explicaciones posteriores de sus padres generarán, además, una respuesta condicionada: cada vez que se encuentre con agua hirviendo, se alejará para no volver a quemarse.
En muchas ocasiones las respuestas condicionadas son fruto de situaciones dramáticas que se han llegado a vivir en algún momento. Así, por ejemplo, si una persona se ha caído de una barca y ha estado a punto de morir ahogada, cuando esté en contacto con grandes superficies de agua o en situaciones que le puedan recordar a la vivida establecerá una respuesta que será la de sentir auténtico miedo.