Definición de reprimenda
Reprimenda es un término que tiene su origen etimológico en el idioma latín. Concretamente deriva del verbo “reprimere”, que es fruto de la suma de dos partes claramente diferenciadas: el prefijo “re-”, que puede traducirse como “de nuevo” o “hacia atrás”, y el verbo “premere”, que es sinónimo de “presionar” u “oprimir”.
El concepto se emplea para nombrar al regaño, reto o regañina que se realiza con vehemencia.
Por ejemplo: “La mujer le dio una reprimenda a su hijo después de que el adolescente se escapara del colegio”, “Distintas fuentes aseguran que hubo una fuerte reprimenda del presidente a los ministros en el encuentro del pasado martes”, “Por su actitud, el jugador se ganó una reprimenda pública por parte del entrenador”.
La reprimenda suele ser una respuesta o una reacción de alguien ante una falta de otra persona. Supongamos que un alumno conversa todo el tiempo en clase, aún cuando la maestra pide silencio. Ante esta desobediencia, la docente le da una reprimenda al niño.
En este caso concreto, la docente puede optar por manifestar públicamente su desacuerdo con lo que acaba de hacer, por imponerle un castigo por su comportamiento o bien, directamente, por abrirle un parte y expulsarle de clase, en los casos en los que la situación producida haya sido grave.
Los padres son los que, por regla general, más reprimendas llevan a cabo ante los comportamientos, comentarios o actitudes de sus hijos. En esos casos, se establece que lo fundamental para llevarlas a cabo es seguir estos pasos:
-No recurrir a la violencia, ni de tipo verbal ni física.
-Apostar porque la reprimenda sea constructiva, es decir, que les ayude a aprender qué es lo que no deben hacer.
-Bajo ningún concepto, los adultos deben utilizar insultos con sus vástagos.
-Ni que decir tiene que también se debe evitar hacer comparaciones con otros hijos, es decir, que los padres no deben decirles a los que se han portado mal que, por el contrario, sus hermanos lo hacen todo bien.
-Hay que explicarles porqué se les está echando una reprimenda, la cual debe ser clara, firme y directa. Es decir, no se deben utilizar palabras complicadas o vocabulario que los niños no entiendan.
En algunos casos, la reprimenda es un comentario público que puede ser abstracto o, incluso, no tener un destinatario definido o claro. El director técnico de un equipo de fútbol puede dar una reprimenda a sus jugadores ante la prensa, comentando a los periodistas que si el conjunto no muestra otra actitud, va a presentar su renuncia.
También puede decirse que el mercado da una reprimenda a una empresa cuando las acciones de ésta en la bolsa se desploman. En este caso, la idea de mercado es más bien abstracta, ya que no se identifica a los actores que, efectivamente, actúan para que las acciones de la compañía pierdan valor, ni tampoco se mencionan los motivos que llevan a favorecer esta caída.
Una reprimenda, por último, puede ser una sanción, una multa u otro castigo formal: “La reprimenda de la federación internacional al piloto brasileño le costó 25.000 euros a su escudería”.