Definición de remesa
Algunos términos tienen un significado muy amplio pero su uso habitual queda limitado a una acepción. Eso no quiere decir que el resto de los significados sean erróneos o no se empleen nunca, sino que una cierta definición es la más utilizada por la gente en su vida cotidiana.
Eso es lo que ocurre con remesa, un concepto que deriva del latín remissa y que está vinculado al envío de algo desde un lugar hacia otro diferente. Aunque podría hacer referencia a diversos objetos, lo más frecuente es que la palabra se use para nombrar al giro de dinero que los emigrantes realizan a sus familias, que siguen viviendo en su tierra natal.
Por ejemplo: “El tío Arnaldo me avisó que ya ha hecho la remesa”, “Buena parte de los ingresos de este país provienen de las remesas que hacen aquellos trabajadores que han emigrado”, “No te preocupes: en cuanto cobre, te mandaré una remesa para que puedas pagar la deuda”.
Las remesas se incrementaron tras la Revolución Industrial y, sobre todo, a partir de la globalización, cuando millones de personas comenzaron a desplazarse y a trabajar en países diferentes a los de su origen. Como muchos de estos trabajadores viajan solos, el dinero que ganan lo envían a sus familias que siguen viviendo en su nación. De este modo, las remesas se multiplicaron.
Tenemos que establecer que, a nivel bancario, se suele hablar de dos tipos de remesas:
• Simples. Estas son las que permiten el envío de pagarés o letras de cambio, entre otros, con el claro objetivo de poder liquidar una compraventa que se ha realizado teniendo como objeto cualquier tipo de mercancías. En concreto, sirven para que el exportador, a través del correspondiente documento financiero, consiga que su banco proceda a gestionar el cobro de la citada compraventa.
• Documentarias. Estas remesas son aquellas en las que lo que se procede a enviar son los documentos comerciales que tienen que ver con la mercancía de compraventa. Aquellos se pueden acompañar de recibos o pagarés, por ejemplo, y sólo se le entregarán al comprador si se ha comprometido a pagar el importe acordado o si lo abona directamente.
Muchas son las entidades bancarias de todo el mundo que ofrecen estos dos tipos de remesas, dentro de las áreas de internacional, para facilitarles a sus clientes las transacciones comerciales que hayan llevado a cabo.
A nivel de contabilidad, también se usa el término que nos ocupa. En ese caso, se emplea para referirse al conjunto de pagos agrupados que se realizan y que dan forma a un asiento contable por grupo. De ahí que se conviertan en parte fundamental del trabajo de contable que debe llevar un registro exhaustivo al respecto.
Cabe destacar, retomando lo que decíamos al inicio de este artículo, que una remesa puede ser otro tipo de envío que no implique dinero. Así puede hablarse de una “remesa de documentos” o una “remesa de mercadería”.
No hay que olvidarse tampoco que antiguamente, el término remesa también se empleaba con otro significado. En concreto, se utilizaba para referirse al lugar existente para guardar los coches.