Definición de régimen señorial
El régimen señorial o señorío es un modo de organización social que se desarrolló en la época medieval en Europa, sobre todo en España. Se trata de una institución semejante al feudalismo, aunque con ciertas diferencias.
En un régimen señorial, un individuo conocido como señor dispone de una gran cantidad de tierras donde trabajan campesinos que le sirven como mano de obra económica. La sociedad, de este modo, se organiza en torno a las tierras y a los vínculos sociales que se forjan entre los señores y los campesinos que trabajan en sus territorios.
El incremento de los latifundios fue generando, poco a poco, el establecimiento de un régimen señorial. Los grandes propietarios adquirieron un enorme poder, equivalente al que tenían los nobles en un régimen feudal. Mientras que estos últimos disponían de su condición de manera hereditaria, los señores podían mejorar o empeorar su posición social de acuerdo a la gestión de sus tierras.
En el régimen señorial, existía una relación entre el señor y los siervos o campesinos que constituían el feudo (un contrato mediante el cual los grandes señores y los soberanos cedían el usufructo de las tierras en el Medioevo a otras personas, obligándolas a convertirse en vasallos de los primeros, acudiendo a asambleas judiciales y políticas y prestándoles el servicio militar). En otras palabras, las vidas de estos últimos se convertían en patrimonio de los primeros, en una deuda que no les ofrecía ninguna clase de privilegios.
Los campesinos y los siervos no tenían el derecho de comprar tierras ni de romper el contrato feudal. Por otro lado, tenían la obligación de rendir pleitesía (mostrar un sumo respeto) a los señores, y sus vidas rozaban la esclavitud, una situación que inevitablemente se convertía en la herencia que dejaban a sus hijos.
Es importante señalar que existen diferencias claras entre el régimen señorial y el feudal. En este último, el soberano y la relación que éste tenía con sus vasallos poseía un tinte menos severo, con un mayor grado de concesiones, aunque esto tampoco quiere decir que los últimos gozaran de una vida plena y libre. Una vez que comenzaba este lazo, los siervos debían jurar fidelidad a sus señores, someterse a su jurisdicción y ofrecer sus servicios militares en cualquier momento.
En España, el régimen señorial se fortaleció a partir de la entrega de extensas tierras a los nobles por parte de los reyes, a cambio de que estos nobles y señores les brindaran asistencia en la guerra contra los musulmanes.
La transición entre el régimen señorial o el régimen feudal y el régimen capitalista se dio de diferentes maneras según el país. En algunas regiones, hubo revoluciones violentas que despojaron a los señores de sus tierras y privilegios; en otras, surgió poco a poco una burguesía liberal que conservó ciertos derechos y tierras y permitió que los campesinos se convirtieran en pequeños propietarios.
Fueron varios los esfuerzos por conseguir la abolición del régimen señorial. Por ejemplo, en el año 1811 si firmó un decreto que pretendía acabar con el feudalismo sin que esto afectase las diferentes clases sociales existentes; sin embargo, resultaba muy complicado dar con el criterio adecuado para determinar los límites de las propiedades y esto llevó a una fuerte oposición por parte de los señores.
Pero no fue hasta el año 1837 que consiguieron abolir el régimen señorial, como resultado de un pacto entre la nobleza liberal y la burguesía liberal, en contra de la Iglesia católica. Esto acarreó una serie de cambios significativos, como la desaparición de las tercias y las alcabalas, entre otras formas en las que se participaba del diezmo.