Definición de razonamiento abstracto
Razonamiento es el proceso y el resultado de razonar. Este verbo se refiere a la actividad de la mente que permite estructurar y organizar pensamientos para desarrollar una conclusión.
De acuerdo a la forma en la que se lleva a cabo esta actividad mental, es posible reconocer diferentes tipos de razonamientos, como ser el razonamiento deductivo y el razonamiento inductivo, entre otros. En este caso, nos interesa analizar el razonamiento abstracto.
El adjetivo (abstracto) se refiere a aquello que excluye al sujeto o que no desea lograr la representación de algo concreto. A nivel filosófico, la abstracción es la operación que consiste en aislar, de manera conceptual, una propiedad específica de un objeto, dejando de lado el resto de las propiedades.
La idea de razonamiento abstracto se emplea para nombrar al proceso que posibilita que una persona resuelva problemas de tipo lógico. Este razonamiento permite partir de una determinada situación y deducir consecuencias de ésta.
A la hora de desarrollar un razonamiento abstracto, es necesario encarar el proceso desde dos dimensiones: por un lado, se deben analizar los distintos elementos de manera aislada; por otra parte, se debe prestar atención al conjunto. De esta forma es posible advertir patrones o tendencias que permiten arribar a una conclusión lógica.
La capacidad de razonamiento abstracto es muy importante. Por ejemplo, cuando una empresa realiza un test para analizar las facultades de un potencial empleado antes de decidir su contratación, suele incluir ejercicios que sirvan para evaluar cómo el sujeto pone en práctica su razonamiento abstracto.
A simple vista, los tests de razonamiento abstracto nos presentan diversos problemas pequeños en los cuales se aprecian figuras o números que forman parte de tablas sin un significado aparente. Como se explica en un párrafo anterior, para resolverlos es necesario analizar los elementos de manera aislada, para encontrar ciertos patrones ocultos, y también contextual, aplicando los datos hallados en el estudio individual para ofrecer una conclusión que encaje lógicamente en el escenario.
En cualquier ejercicio de razonamiento abstracto se aprecia un patrón de comportamiento. Cuando los protagonistas son las figuras, dicho patrón puede estar centrado en cambios de color, de forma o de posición. Además, si en un cuadro hay más de una figura, cada una puede actuar de manera independiente o en relación con los cambios de otra. Esto puede parecer demasiado complicado al principio pero no lo es si se procede con paciencia y atención.
En el primer problema expuesto en la imagen se ve una secuencia de flechas dispuestas en una tabla, cuya última celda es la incógnita a resolver. También se ofrecen tres respuestas posibles. La observación aislada de cada elemento nos lleva a entender que son flechas señalando en diferentes direcciones; puesto en el contexto del conjunto, podemos deducir que intentan replicar un giro en sentido horario, por lo cual es lógico indicar la flecha «c» como respuesta final.
El segundo problema muestra dos elementos, cada uno con sus propios cambios: una flecha, que apunta en diferentes direcciones, y un cuadrado, que cambia de posición en cada celda. En este caso, es importante estudiar por separado cada figura y, recién entonces, poner en contexto los datos obtenidos para intentar dar con la solución. La flecha comienza mirando hacia la derecha, para luego rotar en sentido horario, en tramos de 45 grados; el cuadrado, por su parte, se ubica dos veces en la misma posición, en la celda 1 y 3.
Si continuamos la tendencia de la flecha, entonces debemos escoger la respuesta «a»; esto también tiene sentido para la posición del cuadrado, ya que lo ubica como en la segunda celda, de manera que se completa su patrón de forma lógica. Las otras dos respuestas posibles pretenden confundirnos poniendo a la flecha como protagonista de la escena.