Definición de pureza
Lo primero que vamos a realizar es establecer el origen etimológico de la palabra pureza. Y eso nos lleva a tener que determinar que aquel se encuentra en el latín. Así, podemos ver, que nuestro término está conformado por dos componentes léxicos latinos: el vocablo purus, que puede traducirse como “puro”, y el sufijo –eza, que es equivalente a “cualidad”.
La pureza es la cualidad de puro (aquel o aquello que está libre y exento de toda mezcla de otra cosa, que no incluye ninguna condición, excepción o restricción ni plazo o que está exento de imperfecciones morales).
Por ejemplo: “La pureza del agua de este lago se puede apreciar a simple vista”, “Los científicos norteamericanos quieren preservar la pureza de la raza canina que crearon a partir de una nueva cruza”, “La policía incautó una tonelada de cocaína de máxima pureza”.
En este caso, partiendo de dicha acepción, tenemos que establecer que pureza es un término que se utiliza de manera muy frecuente en lo que es el ámbito de los metales preciosos. Y es que, en base a ella, se establece si un elemento de ese tipo tiene más o menos calidad, lo que se traducirá luego, por tanto, en un precio mayor o menor.
De esta manera, nos encontramos con el hecho de que el oro se puede clasificar en tres tipos claramente diferenciados en base a su pureza. Así, está el oro medio, que tiene una pureza del 50%; el de primera ley, que cuenta con un 75%; y finalmente el puro, que posee un 99% de pureza.
Además de todo lo expuesto no podemos pasar por alto que también existe lo que se conoce como pureza racial. Esta es sinónimo de racismo. Y podríamos decir, por tanto, que es la actitud que toman ciertos individuos ante otros por la raza a la que pertenecen. Y es que consideran los primeros que su grupo racial es el que debe prevalecer, lo que se traduce, por tanto, en situaciones tan graves como la discriminación, la segregación o la esclavitud.
La pureza, por otra parte, hace referencia a la virginidad, la doncellez y la castidad. Una mujer pura, por lo tanto, es aquella que no ha tenido experiencias sexuales. Existen diversos matices que, de acuerdo a la óptica social o religiosa, pueden determinar si una mujer es pura o no.
Se suele considerar la pureza de la mujer a partir de la presencia del himen intacto. Sin embargo, éste puede romperse sin que haya existido el coito vaginal (al andar en bicicleta, por ejemplo) o permanecer en el cuerpo aún después de una relación sexual (cuando el himen tiene mucha elasticidad).
La pureza también puede haber sido vulnerada sin penetración vaginal (en el caso de la práctica de sexo oral u anal), por la masturbación o por la introducción de algún objeto sexual en la vagina.
La asociación entre la pureza espiritual y la virginidad, de todas formas, se ha perdido con los años y hoy no es usual condenar moralmente a una mujer por haber mantenido relaciones antes del matrimonio.