Definición de provisión
Del latín provisio, provisión es la acción y efecto de proveer (facilitar lo necesario para un fin, conferir un empleo o cargo, resolver un negocio). El término suele utilizarse para nombrar al conjunto de cosas que se reservan para un fin determinado.
Veamos este término en contexto, a través de las siguientes oraciones de ejemplo: “En este país, es muy común que la gente tenga provisiones de alimentos por si se produce un tornado y no puede salir de su casa”, “La provisión de agua no es suficiente: tendremos que pedir apoyo a las autoridades nacionales”.
La provisión, por lo tanto, puede ser la prevención de cosas que se depositan o almacenan en algún lugar para utilizar sólo cuando hagan falta. Una familia que vive en una zona donde suelen producirse catástrofes naturales puede tener una provisión de alimentos y medicamentos por si se anegan los caminos.
Otro uso del concepto refiere, en un sentido general, a dar o suministrar. Una empresa puede proveer servicios de televisión por cable (“La provisión del servicio está garantizada incluso en los días de tormenta”) o de suministro eléctrico (“Si detectamos una falla en su sistema, interrumpiremos la provisión de manera preventiva”).
Provisión también es la disposición o providencia que conduce al logro de algo: “Necesitamos una nueva provisión de municiones para ganar esta guerra”, “Sin la provisión de oxígeno, jamás podremos alcanzar la cumbre”.
Entre el siglo XIII y el siglo XVI, en el Reino de Castilla existía la Provisión Real, una disposición jurídico-administrativa que regulaba los actos de gobernación de cierta importancia y que reglamentaba asuntos de interés público.
En el ámbito de las finanzas, por último, una provisión es un apunte contable que se sitúa en el pasivo y que reconoce un determinado riesgo. Se trata de una cuenta que sirve para guardar una porción de los recursos para hacer frente a una potencial obligación, tal como el pago inesperado de una reparación. Por otro lado, también suele tomarse esta medida cuando se contrae una obligación con fecha futura, para asegurar el dinero necesario con tiempo.
Cada vez que los administradores de una empresa asumen que uno de sus bienes puede perder valor, o bien que se deberá satisfacer una obligación en un período determinado de tiempo, proceden a dotar una provisión por el monto necesario para resolver la situación. Cabe mencionar que no siempre la provisión llega a aprovecharse; sin embargo, en el caso de no ser necesaria, su «eliminación» nunca supone un problema.
Si bien parece innecesario retirar dinero para afrontar un pago que deberá realizarse dentro de varios meses, el objetivo principal de la provisión es evitar que un potencial descenso de las ganancias, o el surgimiento de nuevas obligaciones se interpongan en un pago que se conoce con antelación.
Como se menciona anteriormente, dado que la provisión no siempre se utiliza para su fin previsto, su existencia puede abrir las puertas a inversiones que no habrían sido posibles de sólo contar con los ingresos ordinarios. Por poner un ejemplo, si se ahorra un monto fijo de dinero por mes durante un tiempo para hacer frente a un problema que, al final de cuentas, se resuelve por otros medios, esa provisión puede ser utilizada para la adquisición de nuevas maquinarias o la ampliación de uno de los sectores de la empresa.
Cabe mencionar que la dotación de provisiones no es otra cosa que un ahorro con un objetivo bien determinado, y que no sólo existe dentro del marco empresarial, sino que cualquier persona puede practicarla para mejorar su situación económica. Dado que una provisión se refleja en la contabilidad como un gasto representa un recurso a futuro, pero también nos fuerza a hacer mejor uso del capital restante, y esto puede traducirse en una optimización del funcionamiento empresarial o de la organización doméstica.