Definición de prospectiva

La palabra prospectiva es un adjetivo que menciona aquello vinculado con el futuro. Como sustantivo, este término que tiene su origen en el latín prospicere se refiere a las investigaciones y exploraciones que se llevan a cabo con la intención de anticipar lo que está por venir en una cierta materia.

Por ejemplo: “El buen nivel de los delanteros hace que el equipo tenga una prospectiva inédita”, “Necesitamos contratar un gerente que tenga una mirada prospectiva sobre esta clase de asuntos”, “La prospectiva de la industria es muy buena, ya que las condiciones económicas vigentes son favorables para el sector”.

Como sustantivo, el concepto de prospectiva también se emplea asociado a la futurología, que es la disciplina encargada de analizar el futuro para lograr su comprensión y, así, ejercer una influencia sobre él en la medida de lo posible.

La prospectiva, en este sentido, anticipa potenciales escenarios que se desarrollarán en el porvenir. A partir de dicha anticipación, permite realizar una planificación que posibilita actuar en sintonía con aquello que, en teoría, va a ocurrir.

Es importante tener en cuenta que, dentro de lo que se entiende como prospectiva o futurología, aparecen ciencias, pseudociencias y disciplinas muy diversas. Algunas se basan en el método científico y apelan a las estadísticas, mientras que otras utilizan recursos alejados de la ciencia y de las comprobaciones empíricas. A nivel general puede decirse que la prospectiva no puede ofrecer certezas ya que el futuro, al fin y al cabo, es aquello que aún no ha ocurrido y que está sometido a infinitas variables, muchas de ellas inaccesibles al conocimiento humano.

Prospectiva tecnológica

Se conoce como prospectiva tecnológica al proceso sistemático que se encarga de analizar el presente y las posibilidades futuras de progreso tecnológico y científico para divisar potenciales tecnologías emergentes y estrategias de investigación en las cuales centrar todos los esfuerzos de inversión para alcanzar el mayor grado posible de beneficios, ya sea a nivel social o económico.

En otras palabras, la prospectiva tecnológica es una serie de técnicas que posibilitan determinar la relevancia que una tecnología dada tendrá en un punto del futuro. Uno de sus rasgos fundamentales es que toma en cuenta dos tipos bien definidos de futuro: los posibles, a los que llama «futuribles«, y los deseables, denominados «futurables«. Dichos futuros deben estar enmarcados en un contexto en particular para su correcto análisis, ya sea respetando los límites de una compañía, un sector o un país, por ejemplo.

El objetivo principal de la prospectiva tecnológica es, en definitiva, abrir las puertas a la toma de decisiones a futuro sin que el constante e inevitable cambio de la tecnología amenace con volverlas obsoletas. Las diferentes tecnologías que se analizan en este contexto pueden agruparse en las siguientes categorías:

* Tecnologías claves: su impacto sobre el aumento de la productividad o la rentabilidad de los productos es mayor que el del resto. Dado que no es muy conocida en el mercado, poder hacer uso de ella favorece considerablemente la competitividad de una empresa frente a las que no la poseen;

* Tecnologías de base: están al alcance de la mayoría de las compañías y, por lo general, se utilizan como común denominador en la fabricación de ciertos productos;

* Tecnologías emergentes: se trata de las que se muestran muy prometedoras en un primer momento, dado que ofrecen resultados altamente positivos para la empresa, pero que están cubiertas de un velo de incertidumbre con respecto a su longevidad.

Toda tecnología atraviesa un ciclo de vida similar al nuestro: nace, crece y madura. Cada una de dichas fases está relacionada con uno de los tipos de tecnología antes mencionados: el nacimiento, a las emergentes; el crecimiento, a las claves; y la madurez, a las de base.

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