Definición de pronación

En el latín es donde podemos decir que se encuentra el origen etimológico del término pronación. En concreto, deriva de la suma de dos partes claramente diferenciadas:
-”Pronus”, que es equivalente a “inclinado hacia delante”.
-El sufijo “-ción”, que se usa para indicar “acción y efecto”.

La pronación es un movimiento de giro o rotación que realizan ciertos huesos del cuerpo humano. El diccionario de la Real Academia Española (RAE) asocia el término a la movilidad del antebrazo que provoca el giro de la mano desde afuera hacia adentro, aunque el uso más habitual del concepto está vinculado a un cierto movimiento que se realiza con el pie en un desplazamiento.

Incluso es frecuente que la acepción de pronación sea negativa: se refiere al empuje excesivo que una persona realiza hacia el interior de un pie cuando lo apoya. Esto quiere decir que, cuando necesita elevarse, el sujeto empuja hacia adentro y provoca una inclinación que puede derivar una torcedura.

La pronación, en otras palabras, consiste en rotar el pie hacia el interior cuando una persona camina, trota o corre. El movimiento en sí mismo es natural, aunque la pronación excesiva (también conocida como sobrepronación) aumenta la posibilidad de lesión ya que modifica la modalidad de desplazamiento.

Los pronadores (quienes desarrollan una pronación marcada) deben escoger con cuidado su calzado, sobre todo cuando realizan deporte. La idea es que las zapatillas se adapten al pie y que contribuyan a que la amortiguación del impacto de cada pisada sea el adecuado.

Podemos establecer que, en la actualidad, las tiendas de calzado deportivo ofrecen la posibilidad a sus clientes de poder encontrar el modelo más adecuado a sus pies y que les permitan no tener que sufrir lesiones ni dolores articulares. En este sentido, en el caso de la pronación, reconocen que existen dos tipos fundamentalmente:
-Pronación neutra. Se identifica de manera clara porque las personas que la poseen muestran en su calzado una forma de S en lo que es el desgaste de la zona exterior, de la que va desde el talón hasta la puntera. En este caso, requieren tener unas zapatillas que ofrezcan unas cualidades especiales en cuanto a amortiguación y sujeción.
-Pronación grave. Este otro caso lo experimentan los corredores o deportistas que descansan la mayor parte del peso de su cuerpo en lo que es la zona media o interior del pie, produciéndose ahí el desgaste del calzado. Una situación que propicia un desequilibrio que requiere que el cuerpo y las extremidades inferiores realicen un tipo de movimiento que puede traer consigo desde problemas en la cadera a dolencias en las rodillas. Por ese motivo, deben comprarse calzado que permita distribuir mejor el peso del cuerpo y que garantice una mayor eficacia de lo que es la pisada en sí.

Hay que tener en cuenta que la pronación puede ser excesiva (si el pie rota más de lo debido) o incluso se puede llevar a cabo en una etapa de la pisada en la que no debería concretarse. Estas cuestiones provocan una mayor exigencia en otras articulaciones y pueden generar lesiones crónicas.

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