Definición de primogénito
El primer paso que vamos a dar es determinar el origen etimológico del término primogénito. Así, podemos dejar patente que emana del latín, ya que es fruto de la suma de tres componentes de esta lengua: el vocablo “primus”, que puede traducirse como “el primero”; el sustantivo “genus”, que es equivalente a “linaje”; y finalmente el sufijo “-ito”, que es el que recibe la acción pertinente.
Primogénito es el hijo que nace primero. Se conoce como primogenitura al derecho o la prerrogativa del primogénito. Por ejemplo: “El primogénito varón heredará el trono”, “Yo fui el primogénito y luego mis padres tuvieron cuatro hijos más”, “Como primogénito, creo que me corresponde decidir qué hacer con la casa”.
Cabe destacar que la cuestión de la primogenitura era muy importante en la antigüedad, cuando las herencias, los privilegios y las obligaciones solían decidirse según la edad de los descendientes, siendo el mayor (es decir, el primero que nació) el que gozaba con mayores derechos.
Así, por ejemplo, nos encontramos con el hecho de que durante la Edad Media estaba perfectamente establecido que el primogénito de cualquier familia era el que se beneficiaba notablemente de ser el primero hijo. ¿Por qué? Porque era el que heredaba todas las tierras.
Esta circunstancia tenía una explicación. En concreto, con ella lo que se pretendía era que esas propiedades no se dividieran y, por tanto, no se debilitara el poder que mantenía la familia en cuestión en la sociedad del momento.
A partir de los cambios sociales del siglo XIX, los primogénitos perdieron su estatus especial. El derecho occidental suele reconocer igualdad de condiciones entre todos los hijos de una persona.
En algunas cuestiones, sin embargo, el primogénito sigue contando con privilegios. El título nobiliario, que distingue a los integrantes de la nobleza, es hereditario y su sucesión recae en el hijo primogénito del anterior poseedor. Actualmente estos títulos son protocolarios, aunque en la Edad Media suponían la base del sistema feudal. España, Reino Unido, Mónaco, Suecia y Holanda son algunos de los países que mantienen los títulos nobiliarios.
En materia de sucesiones al trono, durante la Historia hemos podido comprobar cómo la primogenitura existe pero en lo que se refiere a la línea de varones. Es decir, cuando un rey abdicaba o tenía que ser sucedido, por distintas razones, sólo podría tomar posesión del trono el que fuera su primer hijo varón.
Un claro ejemplo de ello ha sucedido ahora en España. Así, el monarca Juan Carlos I ha abdicado y le ha sucedido no su primogénita, la Infanta Elena, sino su primer y único hijo varón: Felipe, que ha pasado a reinar como Felipe VI. Sin embargo, es cierto que se tiene previsto cambiar la ley que así lo establece, pues este sólo tiene dos hijas, Leonor y Sofía, siendo la primera de ellas la heredera.
La primogenitura suele establecerse con diferencia de años, cuando el primer hijo nace en una determina fecha y el siguiente, cuatro o cinco años más tarde, por ejemplo. En esos casos no quedan dudas sobre quién es el primogénito. Más complicado resulta la situación de los gemelos: se considera que el primogénito es el hijo que sale primero del vientre materno.