Definición de presupuesto
El concepto de presupuesto tiene varios usos, por lo general vinculados al área de las finanzas y la economía. El presupuesto es, en este sentido, la cantidad de dinero que se estima que será necesaria para hacer frente a ciertos gastos.
Por ejemplo: una familia calcula sus ingresos y gastos y concluye que cuenta con un presupuesto de 1000 dólares mensuales. Esto quiere decir que los gastos al mes no deberán superar dicha cifra, de lo contrario la familia incurrirá en deudas. Desarrollar un presupuesto ayuda, en estos casos, a alcanzar metas de ahorro.
Otro ejemplo de presupuesto surge en los viajes, cuando los turistas viajan con x cantidad de dinero y saben que éste deberá alcanzarles para satisfacer sus necesidades durante toda la estadía. Si el un viajero cuenta con un presupuesto de 500 pesos para unas vacaciones de cuatro días, y al segundo día ya gastó 400 pesos, al repasar los números se dará cuenta de que tiene que recortar sus gastos para no quedarse sin dinero.
El presupuesto también es el cómputo anticipado del costo de una obra o de los gastos que implicará un determinado proyecto: “Ayer el electricista estuvo en casa y me dejó su presupuesto: dice que la nueva instalación saldrá 150 pesos”, “Nuestro presupuesto para el diseño de una página web de dichas características es de 200 euros, sin contar los gastos de mantenimiento mensuales”.
Una de las características más particulares de este concepto es que se aplica en un gran número de situaciones y ámbitos, desde la vida cotidiana de una familia hasta los proyectos industriales o gubernamentales. Siempre es conveniente conocer al detalle el monto de dinero con el que contamos para hacer frente a una inversión, no sólo para evitarnos sorpresas desagradables sino también para tomar mejores decisiones.
Precisamente, una de las ventajas que puede surgir de forma inesperada de un presupuesto ajustado es que quien tiene a su cargo el proyecto diseñe cada paso más cuidadosamente. Esto quiere decir que a veces las limitaciones abren las puertas a un mayor uso del ingenio y, por lo tanto, arrojan resultados mejores que la total holgura.
Por otro lado, no siempre es necesario encontrarse con un presupuesto limitado para pensar dos veces antes de dar un paso; por el contrario, en cualquier caso se recomienda usar a conciencia el dinero y los recursos tanto en la abundancia como en la escasez. Dicho en palabras más cercanas, que tengamos veinte litros de agua en casa no es razón suficiente para beberla toda en un rato; de hecho, si lo hacemos probablemente no vivamos para contarlo. Con los negocios ocurre algo similar: contar con diez mil dólares para hacer frente a la compra de un nuevo ordenador para la oficina no nos obliga a gastarlos hasta el último centavo, aunque nos da la libertad de escoger el más adecuado para las tareas que esperamos nos permita realizar.
Para dar con la mejor decisión posible, por lo tanto, es necesario en principio definir los objetivos con claridad y un alto grado de precisión. Por esta razón se recomienda que la evaluación del presupuesto la lleve a cabo alguien que tenga los conocimientos específicos más adecuados. Dentro de un ámbito empresarial, esto es tan fácil como asignar la tarea al departamento más idóneo. En el caso de una familia que está por realizar un viaje de vacaciones, la organización puede ser más sencilla, pero es importante que no dejen fuera ningún potencial gasto, ni la recarga de combustible ni la comida o la compra de ropa.
Presupuesto, por último, es el pretexto, causa o motivo con que se ejecuta algo, o los supuestos o suposiciones: “Si partimos de ese presupuesto, está claro que vamos a tener problemas”.