Definición de prelación
Prelación es un término que procede del vocablo latino praelatĭo y que hace referencia a la prioridad o predilección con que se tiene que atender un determinado asunto frente a otro con el que se establece una comparación.
El concepto puede aparecer en diversos ámbitos. En el derecho, la prelación se pone en práctica a la hora de aplicar o seguir una cierta fuente. Estas fuentes son las que permiten el desarrollo de las normas jurídicas que se aplican en un Estado: la prelación entre una u otra fuente (que puede ser un reglamento, una ley, una doctrina, un tratado, una costumbre, etc.) determinará el ordenamiento jurídico del territorio.
La prelación también aparece en el campo de la informática. La programación exige considerar la prelación entre los operadores a la hora de trabajar con un lenguaje para desarrollar una aplicación. Dicha prelación permite crear una especie de pirámide, donde la parte superior está ocupada por los operadores prioritarios.
En la programación informática existen varios operadores y funciones que se toman del mundo de las matemáticas, aunque no siempre se usan en operaciones exclusivamente numéricas o donde los números sean los protagonistas, sino también donde sirvan para comparar o relacionar dos elementos que pueden ser de cualquier tipo, incluyendo texto e imágenes. Por lo general, sirven para buscar una respuesta que nos indique por qué camino seguir en el marco de una condición; por ejemplo: «si la extensión de esta cadena de texto es mayor a la de esta otra, hacer esto; en el caso contrario, hacer aquello».
Los operadores matemáticos más comunes en la programación son los que usamos para sumar, restar, multiplicar y dividir: +, –, * y /. Debemos señalar que el signo de multiplicación es diferente al que vemos en las calculadoras o usamos en la escuela, que se asemeja a la letra x, ya que en este caso se reemplaza por el asterisco.
A la hora de escribir una fórmula matemática en el ordenador, es importante hacer caso a los órdenes de prelación tradicionales, que son los siguientes: exponenciación; multiplicación y división; suma y resta. Dentro de la exponenciación debemos incluir las raíces. ¿Qué significa todo esto? Tomemos la siguiente ecuación como referencia para explicar la prelación de las cuatro operaciones recién mencionadas: (x + y * 2 – 4)2.
Si quisiéramos despejar las variables y los factores al otro miembro, es decir al otro lado del signo igual, deberíamos respetar un cierto orden de jerarquía, que indica la prelación de los operadores matemáticos. La exponenciación, que en este caso se manifiesta en forma de superíndice con el número dos, es la que goza de mayor importancia: no se puede pasar ninguno de los elementos que encierra entre paréntesis hasta que no se pase este índice.
Como se trata de una potencia (que se puede leer como «elevado al cuadrado»), al trasladarse al miembro opuesto se convierte en una raíz, en este caso una raíz cuadrada. Recién entonces podemos comenzar a pasar los demás, pero sin olvidar que la prelación nos impide descomponer la multipliación y * 2 hasta que hayamos atendido la suma y la resta que la rodean. El cuatro pasaría sumando, la x, restando, y finalmente podríamos pasar el 2 o la y dividiendo todo lo que se encuentre del lado opuesto.
Otro uso de la idea de prelación se encuentra en las asambleas o sesiones políticas. Es frecuente que se establezca un orden de prelación para darle un tratamiento prioritario a los temas más urgentes.
Una lista de prelación, por último, puede crearse para tener en claro qué asunto debe solucionarse o tratarse con mayor rapidez. Supongamos que una institución no gubernamental está a punto de recibir un subsidio: sus responsables, ante el inminente ingreso de dinero, crean una lista de prelación para determinar qué gastos deberían realizarse primero (construir una nueva sede, contratar un responsable jurídico, etc.).