Definición de poda

Hasta el latín hay que marcharse para poder encontrar el origen etimológico del término poda. En concreto, podemos decir que viene del verbo “podar” y este, a su vez, deriva de la palabra latina “putare”, que significa precisamente “podar”.

Podar consiste en eliminar ciertas ramificaciones de una planta o de un árbol para lograr que su desarrollo sea más fuerte y que sus frutos rindan más. Dicho proceso y sus resultados se conocen como poda.

Esta práctica es esencial en la agricultura y en la jardinería para incrementar la calidad de los cultivos y lograr una mejor ornamentación. En el urbanismo, la poda es necesaria para evitar que caigan ramas (lo que puede provocar lesiones en las personas y otros daños) y para mantener el crecimiento de los árboles bajo control (impidiendo que su desarrollo afecte las edificaciones cercanas).

Es importante destacar que la poda debe concretarse de manera adecuada, sin excesos, ya que de lo contrario puede causar graves daños a la planta en cuestión. Una poda mal hecha puede pudrir los tallos, interrumpir el desarrollo de las flores y hasta acabar con la vida de la planta.

A la hora de realizar una poda, es fundamental que la persona encargada de la tarea tenga en cuenta una serie de consejos básicos, como son estos:
-Antes de acometer esa labor lo que se debe hacer es proceder a elegir el material adecuado para la misma y, sobre todo, en base a la especie vegetal que se va a someter a esa. Así, en base a ello se podrá optar por tijeras de poda, podador de brazo largo o corto, cortasetos o sierras o motosierras. Los citados podadores se comprarán teniendo en cuenta el grosor de las ramas a cortar.
-Es imprescindible que, en todo momento, se intente conseguir un resultado que conserve lo mayor posible lo que es la forma natural del árbol o arbusto en cuestión.
-De la misma manera, se debe comenzar por eliminar lo que son las ramas secas y muertas, para luego continuar con las dobles.
-La poda debe realizarse siempre al bies y mediante un corte limpio, ya que de esta forma se evitará que puedan producirse desgarres que dañen al árbol o al arbusto.
-En el caso de que durante la poda se le haga daño de alguna manera a la citada especie vegetal, lo que se debe hacer es hacer uso de los productos cicatrizantes que existen.

Existen diferentes tipos de poda. La poda de limpieza es la más frecuente y consiste en sacar las ramas que están secas. La poda de formación, por su parte, se lleva a cabo para lograr que el árbol adopte ciertas formas en particular. Cuando el árbol recién tiene un año de vida, se desarrolla la poda de copa para contribuir a la ramificación.

La poda de los árboles frutales, en cambio, se orienta a lograr que los frutos sean de la mejor calidad posible. Para esto, se trata de impedir que crezcan muchos frutos de tamaño pequeño, fomentando en cambio el desarrollo de menos frutos pero más grandes.

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