Definición de peyorativo
Peyorativo es una palabra o una expresión que indica una idea desfavorable. El término proviene del verbo peyorar, que hace referencia a poner(se) o hacer(se) peor algo, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE).
No obstante, es importante establecer también lo que es el origen etimológico de la palabra que nos ocupa. En concreto la misma procede del vocablo latino peiorare, que puede traducirse como “empeorar” y que, a su vez, emana del adjetivo peior, que es sinónimo de “peor”.
El lenguaje peyorativo, en definitiva, es aquel que tiene una finalidad negativa para lo que se designa. Se trata de un recurso que permite referirse de manera despectiva a alguien o algo. Por ejemplo: “No podía esperarse otra cosa de un judío”. Esta frase, de fuerte contenido discriminatorio y antisemita, menciona la condición de judío como algo peyorativo. Dicha palabra no encierra ningún factor negativo en sí misma, pero adquiere un matiz peyorativo en el contexto (en este caso, pareciera que de la gente judía sólo pueden esperarse cosas malas).
Otro ejemplo de lenguaje peyorativo sería el siguiente: “No me interesa escucharlo. ¿Qué solución me puede ofrecer un viejo?”. Esta frase incluye el término “viejo” en lugar de “anciano”, en lo que supone una forma de descalificar o faltar el respeto a la persona en cuestión. Por otra parte, la expresión da a entender que un anciano no tiene nada útil para decir o para aportar en una determinada situación.
Muchos son los términos y expresiones que a lo largo de la historia se han utilizado con un marcado sentido peyorativo y aún siguen manteniendo el mismo en muchos casos. Este sería el caso, por ejemplo, del vocablo “rojo” que durante la Guerra Civil Española el bando nacional utilizó para referirse a su contrario. En la actualidad, muchos son los activistas y dirigentes políticos de la derecha que siguen empleando a aquel para referirse de una manera despectiva a quienes se encuentran, ideológicamente hablando, en el extremo opuesto a ellos.
Cabe destacar que algunos términos peyorativos terminaron por perder su condición negativa. El italiano Giorgio Vasari (1511–1574) calificó al arte de la Edad Media como “gótico” al considerarlo propio de los godos o bárbaros. El término bárbaro, incluso, tiene origen peyorativo (los griegos consideraban que los bárbaros eran aquellos que no hablaban su idioma y sólo podían balbucearlo con sonidos similares a bar-bar). Con el tiempo, el gótico pasó a considerarse como un estilo artístico sin condiciones peyorativas.
Además de todo lo expuesto hay que resaltar que en la misma línea de peyorativo, en el sentido de que algo es negativo o malo, se encuentra también el término despectivo. Y es que es otra herramienta del lenguaje que utilizamos de manera habitual para formar una palabra derivada de otra y darle un sentido negativo e incluso de desprecio.
En concreto, lo que se hace es tomar un vocablo cualquiera y colocarle un sufijo para darle ese tono despectivo, negativo, que hemos mencionado. Ejemplo de ello pueden ser las siguientes palabras: niñato, tipejo, populacho o mujerzuela. Se trata de palabras que parten de un término concreto y que al añadírseles un sufijo se convierten en un concepto totalmente de desprecio.