Definición de petrificación

El proceso y el resultado de la acción de petrificar se conocen como petrificación. El verbo petrificar, por su parte, refiere a la transformación en piedra o al endurecimiento de una cosa de manera tal que se asemeje a una roca.

Precisamente tomando el sentido de la segunda acepción, tendríamos que decir que un caso de petrificación se produce dentro del mundo de la literatura gráfica. Y es que en el sector del cómic, y formando parte del grupo de superhéroes llamado Los 4 Fantásticos, existe un personaje que tiene esa particularidad de convertirse en roca.

Nos estamos refiriendo a Ben Grimm. Este es un antiguo piloto de pruebas de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que, durante un viaje en una nave diseñada por un amigo científico, junto a este y a otros dos miembros más, sufre un accidente. En concreto, lo que sucede es que son objeto de una fuerte tormenta de rayos cósmicos que les cambiará la vida para siempre.

Así en el caso de aquel personaje lo que ocurre es que su apariencia se modifica totalmente: su piel se vuelve de color naranja y su aspecto se asemeja al de una roca. Todo ello sin pasar por alto que adquiere una fuerza sobrenatural.

Las sustancias orgánicas pueden experimentar una petrificación cuando pasan mucho tiempo bajo la tierra. Mientras la materia se descompone y se pudre, los espacios que van quedando son ocupados por los minerales disueltos en el agua que se halla en dichas capas geológicas. Así, poco a poco, el cuerpo enterrado bajo estas condiciones puede desarrollar su petrificación.

Puede entenderse a la petrificación como una clase de fosilización. Esta última noción es más amplia y refiere a la conversión que se genera en todos aquellos organismos que, a partir de una transformación de características químicas, reemplazan sus componentes orgánicos por otros minerales.

El proceso se inicia con la muerte de un organismo. La erosión descompone sus componentes blandos y los sedimentos van cubriéndolo hasta enterrarlo. El agua, mientras tanto, escurre por las capas de terreno, llevando minerales que atraviesan los restos del organismo en cuestión. Con la compactación de los minerales, se produce la fosilización y, si el reemplazo de los componentes orgánicos por minerales es absoluto, la petrificación.

Precisamente ese significado que nos ocupa también permite que podamos hablar de lo que se conoce como bosque petrificado. Este viene a ser un yacimiento paleontológico compuesto, como su propio nombre indica, de fósiles de árboles que tiempo atrás, fueron objeto de un proceso de petrificación que se desarrolló fundamentalmente bajo tierra.

Ejemplos de ese tipo de bosques pueden encontrarse en muchos rincones del mundo tales como Grecia, Brasil, Australia, Ecuador, Canadá, El Salvador o Estados Unidos. Sin olvidar, por supuesto, los famosos petrificados de Santa Cruz en la Patagonia.

Más allá de la ciencia, existe un uso simbólico del concepto de petrificación, referente a lo que ocurre cuando una persona queda impactada ante una noticia o un hecho y no logra reaccionar. Por ejemplo: “Observar esa escena produjo la petrificación de los niños”, “Quedé petrificado al escuchar las novedades”.

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