Definición de persuasión

La palabra latina persuasĭo llegó a nuestra lengua como persuasión, el procedimiento y el resultado de persuadir. Esa palabra latina, a su vez, deriva de un cultismo, el verbo “persuadere”, que se encuentra conformado por dos elementos: el prefijo “per-”, que significa “completamente”, y el verbo “suadere”, que es sinónimo de “aconsejar”.

Esta acción (persuadir) consiste en convencer a una persona de algo, esgrimiendo diversos motivos o apelando a distintas técnicas.

Por ejemplo: “Primero vamos a apostar por la persuasión: si no tenemos éxito, usaremos la fuerza”, “No sirve imponer las cosas con violencia, es imprescindible lograr la persuasión”, “Horas y horas de charla fueron necesarias para la persuasión de mis padres, pero finalmente obtuve el permiso y podré viajar”.

La persuasión se logra a través de la influencia. La intención es que un sujeto modifique su forma de pensar o sus conductas, para lo cual es necesario incidir en él a través de sus sentimientos o suministrándole cierta información que, hasta el momento, desconocía.

Puede decirse que la persuasión es lo contrario a la coacción o a la imposición. Mientras que la persuasión se logra sugiriendo cosas, la coacción y la imposición se consiguen por la fuerza. Esto quiere decir que una persona, al ser persuadida, actuará como el otro pretende pero por sus propios medios, sin el temor a una reacción violenta o represiva.

Existen diversos factores que contribuyen a la persuasión. Lo habitual suele ser apelar al compromiso de la gente, convenciéndola de que aquello que se le propone es lo correcto. La posición de la persona que intenta persuadir a otra también es relevante: si el individuo en cuestión es una autoridad o tiene popularidad, es probable que sus opiniones tengan mayor poder de persuasión que las opiniones de los demás. Por eso muchos partidos políticos apuestan por llevar a celebridades como candidatos en procesos de elecciones.

Para poder persuadir a alguien, hay que tener en cuenta que existen diversos métodos, siendo los más significativos los siguientes:
-Emocionales. Dentro de este grupo se utilizan técnicas tales como la seducción, la lástima, la fe, la tradición…
-Racionales. En este caso, se recurre a la prueba, a la retórica, al establecimiento de argumentos o a la lógica, entre otros.
-Polémicos, como la tortura, el control mental e incluso el lavado de cerebro.

No podemos pasar por alto tampoco la existencia de una conocida novela que opta por titularse con el término que nos ocupa. Nos estamos refiriendo a “Persuasión” (1816) de Jane Austen (1775 – 1817), conocida por otras obras tales como “Orgullo y prejuicio” (1813) o “Sentido y sensibilidad” (1811).

En concreto, “Persuasión” es el último libro que escribió la autora inglesa. Toma como protagonista a Anne, una mujer que sufrió, por culpa de las normas sociales, un duro varapalo en el amor al tener que rechazar al hombre del que estaba enamorada, simplemente porque no procedía de una familia adinerada. Esa circunstancia ha hecho que haya visto pasar los años sola. Sin embargo, todo cambia cuando vuelve a encontrarse con aquel hombre, que ahora es un capitán muy reconocido y además enriquecido.

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