Definición de patán

Patán es un adjetivo que puede emplearse de distintas maneras. Por lo general, el término se aplica a quienes son brutos o groseros y tienen comportamientos que pueden calificarse como bárbaros.

Por ejemplo: “No quiero que te cases con ese patán: puedes conseguir a alguien de otro nivel”, “Mi jefe es un patán pero tengo que tenerle paciencia si no quiero quedarme sin trabajo, “¿Quién es ese patán que mastica con la boca abierta? ¡Qué ordinario!”, “No seas patán: ayuda a tu abuela a cargar el equipaje”.

Un patán, pashtún o pastún, por otra parte, es un integrante de una etnia de Afganistán. Los patanes son musulmanes y suelen ser calificados como guerreros debido a los numerosos enfrentamientos que tuvieron a lo largo de la historia.

Los patanes hablan su propia lengua (conocida también como patán), que deriva del avéstico (uno de los idiomas indoeuropeos más antiguos; hay registros de su uso en el I milenio antes de Jesucristo).

Patán, por otra parte, es un famoso personaje animado que creó Iwao Takamoto y que forma parte de las series de Hanna-Barbera. Se trata de un perro, conocido en inglés como Muttley, que apareció por primera vez en “Los autos locos” (o “Wacky races”, según su nombre original) como la mascota de Pierre Nodoyuna. La principal característica de este animal es su particular risa y los murmullos que emite para comunicarse.

Patán, por último, es el nombre de una banda de heavy metal de Argentina que se formó en 1994 y que ha editado cinco discos.

Patán, Señor del inframundo maya

La mitología maya cuenta que el inframundo estaba regido por unos dioses conocidos con el nombre de Señores de Xibalbá(este último término representaba en su lengua el mundo subterráneo). Se trata de una serie de personajes muy poderosos y malignos que plagaban de trampas y peligros el camino hacia Xibalbá para evitar que los extraños accedieran a él. Los Señores eran doce: Hun-Camé, Vucub-Camé, Xiquiripat, Chuchumaquic, Ahalpuh, Ahalcaná, Chamiabac, Chamiaholom, Patán, Xic, Ahalmez y Ahaltocob.

Xibalbá tenía dos gobernadores, Hun-Camé y Vucub-Camé, los dioses de la enfermedad y de la muerte, respectivamente. Eran los jueces incuestionables y se encargaban de asignar a los demás sus funciones. Por otro lado, se encontraban Chuchumaquic y Xiquiripat, quienes causaban a los seres humanos una de las tantas torturas: derrames de sangre.

Pero la lista de los padecimientos continúa; Ahalpuh y Ahalcaná se encargaban de causar en las personas una terrible hinchazón y de que sus piernas sufrieran una horrible supuración, además de teñirles la cara de amarillo, para completar el castigo que se denominaba chuganal.

Con una vara de hueso como símbolo de poder, Chamiabac y Chamiaholom ocupaban el puesto de alguaciles del inframundo y hacían que los seres humanos perdieran peso hasta que se deshiciera su carne. Para aquellas personas que intentaran regresar a sus hogares, Ahalmez y Ahaltocob tenían la tarea de causarles todo tipo de desgracias. Finalmente, Patán y Xic habían recibido el cargo de dar muerte a aquellos que anduvieran por los caminos, y lo conseguían estrujándoles el pecho y la garganta, causando desagradables charcos de sangre que era expulsada por sus bocas.

El reinado de estos malvados señores se terminó cuando aparecieron los dioses gemelos Huhahpú e Ixbalanqué: este último decapitó a su hermano y luego lo devolvió a la vida, algo que divirtió mucho a los doce despiadados. Tanto fue así que le pidieron que hiciese lo mismo con ellos. Ixbalanqué accedió, aunque no cumplió la última parte del trato, por lo cual les dio muerte de una vez y para siempre. De esta manera, los seres humanos no tuvieron que continuar soportando las terribles torturas a las que Patán y sus once compañeros los habían sometido durante tanto tiempo.

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