Definición de opereta

El concepto de opereta deriva de operetta, un vocablo italiano que es el diminutivo de opera (u “ópera”, en nuestro idioma). El término refiere a una ópera cómica que trata temas frívolos.

La opereta combina fragmentos cantados con tramos hablados. A lo largo de la presentación, que se caracteriza por su argumento absurdo, se alternan lo musical y los diálogos. Cabe destacar que la noción también alude al libreto y a la música de estas obras e incluso al género en sí mismo.

Las operetas surgieron en el siglo XIX como una derivación de las óperas tradicionales. Las primeras fueron presentadas en Francia y luego se popularizaron también en Austria.

De acuerdo a los especialistas, la opereta parisina está vinculada al género conocido como ópera-comique. Compositores como Florimond Ronger y Jacques Offenbach aparecen entre sus impulsores.

En vínculo de la opereta francesa y la ópera-comique es más fuerte que una mera inspiración, ya que surgió como una evolució de la misma. Florimond Ronger, para muchos el padre de este género, compuso Don Quijote y Sancho Panza, que suele citarse como la primera opereta de la historia. Offenbach, por su parte, luego de asumir la dirección de un importante teatro francés en 1855 comenzó a componer y estrenar una serie de obras líricas que consideraba pertenecientes al género ópera bufa, aunque dadas sus características poco a poco fueron entrando en el género de la opereta por los estudiosos de la música.

En cuanto a la opereta vienesa, surgió por imitación de la parisina, aunque suele presentar argumentos más serios. Entre sus principales creadores aparecen Johann Strauss y su hijo, Johann Strauss II.

La influencia de la opereta en otros géneros es notoria. La zarzuela, el sainete y la revista, por ejemplo, adoptaron algunos de sus rasgos.

Con respecto a las diferencias entre la ópera y la opereta, no siempre son tan evidentes, en especial para los menos entendidos en ambos géneros. En otras palabras, digamos que algunas operetas pueden pasar por óperas y viceversa a menos que se cuente con los conocimientos y la experiencia como para distinguir un género del otro.

La ópera surgió en Italia durante la primera mitad del siglo XVII, y también consiste en una fusión de música instrumental, canto y actuación sobre un escenario. La historia cuenta que antes de extenderse por todo el continente europeo y, más tarde, por todo el mundo, la ópera fue llevada a Austria. La popularidad de esta forma de arte es muy particular, ya que se ha mantenido viva a lo largo de varios siglos y todavía al día de hoy continúa con la fuerza suficiente como para vender millones de discos y llenar teatros de gran importancia.

Dos siglos más tarde apareció la opereta, cuya diferencia más evidente es que las actuaciones son menos extensas. El hecho de que el canto se entrelace con partes dialogadas lo acerca más a las películas musicales que a las óperas en las que existen los llamados recitativos, partes en las que los personajes exponen textos con una cierta melodía, que las ubican a mitad de camino entre una recitación pura y una canción.

En el lenguaje coloquial, por otra parte, a aquello que es grotesco o falso se lo menciona como “de opereta”. Así es posible encontrar expresiones como “Estos revolucionarios de opereta me causan gracia”, “No vamos a sucumbir ante una conspiración de opereta”.

En Argentina, por último, opereta es un término que se emplea de manera despectiva para aludir a una operación política (una maniobra que se lleva a cabo con la intención de concretar algo) que apunta a provocar un daño: “El principal candidato opositor resultó perjudicado por una opereta del gobierno”.

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