Definición de onicofagia
Se define como onicofagia a la costumbre compulsiva de comerse las uñas. Se trata de una noción que surge del griego onyx (en español, “uña”) y phagein (vocablo que se traduce como “comer”).
La onicofagia se hace presente en los cuadros de ansiedad y suele estar vinculada al nerviosismo y al estrés. Cuando este hábito se hace crónico (es decir, se desarrolla de modo permanente), pueden evaluarse alternativas de hambre, aburrimiento o inactividad, pero también hay que contemplar la posibilidad de que sea un síntoma de un desorden de tipo mental o emocional.
Así, se suele determinar que dos básicamente son los tipos de causas que originan que una persona sufra de onicofagia. En primer lugar, estarían los motivos de clase psicológico como sería el caso de la ansiedad, los nervios, la angustia, los estados compulsivos…Y, por supuesto, el estrés, ya sea de tipo laboral, social o incluso educativo.
El segundo tipo de causas serían las llamadas psicosomáticas. Bajo dicha denominación se englobarían una serie de casos que afectan emocionalmente al paciente como, por ejemplo, no asumir la pérdida de un ser querido, violencia doméstica, cambios en el seno de la unidad familiar, presión por los estudios tanto en el ámbito escolar como en el propio hogar, no aceptar la incorporación de nuevos miembros a la familia o aspectos más personales. Entre estos últimos estarían la baja autoestima, la timidez o diversas frustraciones.
Entre los efectos negativos de esta actividad se pueden mencionar el transporte de gérmenes de las uñas hacia la cavidad bucal y viceversa, que puede provocar, entre otras consecuencias, la hinchazón de los dedos y motivar la aparición de pus.
Por otra parte, quien muerde sus uñas de modo compulsivo también suele comer la cutícula y la piel cercana, con lo que se ocasiona heridas que pueden ser infectadas con microbios o virus. Por último, hay que decir que morder las uñas provoca a largo plazo daños en la sustancia adamantínea frontal que se haya en nuestros dientes, lo que aumenta la posibilidad de contraer caries en las zonas afectadas.
Además hay que dejar patente que quien se encuentre padeciendo de onicofagia con el tiempo puede sufrir otra serie de afecciones y patologías como sería el caso de formaciones de tipo verrugoso o incluso lo que se conoce como paroniquia crónica. Esta última es una inflamación aguda del tejido celular que existe en las manos y más exactamente en los dedos.
A todas ellas habría que añadir, de igual forma, que se puede dar lugar también a otras afecciones como serían los quistes mucosos, que son una especie de saquitos de líquido que surgen en los dedos, o la exostosis subungueal. Esta última se define por ser una inflamación debajo de la uña.
La onicofagia puede ser controlada desde la medicina con remedios antidepresivos, clomipramina, fluoxetina, sertralina, paroxetina, fuvoxamina, citalopram, nefazodona, escitalopram y venlafaxina. Hay especialistas que, en cambio, prefieren recetar pequeñas dosis de antipsicóticos, como risperidona, olazopina, quetiapina, ziprasidona y aripiprazol. Otra opción es ingerir vitamina B, que disminuye las ganas de morder las uñas por aumentar el nivel de serotonina en el cerebro.
Por otra parte, la onicofagia se trata con terapia de conducta para promover un cambio de hábitos.