Definición de óculo
Óculo es un término que no está incluido en el diccionario que desarrolla la Real Academia Española (RAE). El concepto, sin embargo, es de uso frecuente en el ámbito de la arquitectura. Dentro de este campo, se conoce como óculo al hueco redondeado que se crea en una construcción con la intención de que ingrese luz o con fines decorativos.
El óculo, por lo tanto, es una especie de ventana que tiene forma de círculo o de óvalo. La noción procede del vocablo latino oculus, que puede traducirse como “ojo”. En el idioma inglés, de hecho, se emplea directamente la palabra oculus para referirse a este elemento arquitectónico.
La presencia de los óculos en la arquitectura se remonta a tiempos muy antiguos. En el Panteón romano, que se construyó en el siglo 27 antes de Cristo, un óculo permite que ingresen los rayos de sol y que circule aire.
A partir del siglo XVI, numerosos arquitectos empezaron a incluir óculos en sus diseños. Dichas aberturas también se conocen como ojos de buey, que es el nombre que reciben las ventanas de algunos medios de transporte, como el avión o las embarcaciones.
No obstante, óculos también pueden encontrarse en una gran variedad de lugares de nuestro día a día. Así, por ejemplo, los hallamos en las puertas de los quirófanos que existen en los hospitales o en lo que son las ventanillas que existen tanto en los barcos como incluso en los aviones.
En el caso de los barcos, por ejemplo, estas formas, llamadas también ojos de buey como hemos expuesto, se emplean para darle iluminación al interior. No obstante, también son muy útiles para conseguir ventilación y para ayudar a que las embarcaciones sean mucho más resistentes.
La noción de óculo también se emplea en la arqueología para nombrar a ciertos dibujos geométricos hallados en manifestaciones artísticas del Neolítico. Los óculos, en este sentido, son espirales o círculos que los expertos interpretan como los ojos de las figuras. Se han registrado óculos en estatuas y diversas creaciones del hombre prehistórico, que posiblemente deseaba incluir la mirada de las divinidades a través de estas formas.
No podemos pasar por alto tampoco que dentro del ámbito médico también se emplea el término que ahora estamos analizando. En concreto, se utiliza para darle forma al llamado síndrome óculo-facio-cardio-dental (OFCD), que se produce en muy pocas ocasiones, es de los llamados raros.
Se identifica porque la persona en cuestión que lo padece tiene que hacerle frente a numerosas anomalías de tipo congénito. Entre estas se encuentran las cataratas, cardiopatías, dismorfia facial o lo que se conoce como radiculomegalia dental.
Nada más nacer o durante la infancia suele hacer acto de presencia este síndrome que requiere que el afectado tenga una vida muy dura. Y es que se verá en la necesidad de estar continuamente en tratamiento tanto a nivel odontológico como visual e incluso cardíaco. Se considera que está causado por el gen BCOR y que, en ocasiones, incluso no llega a detectarse dada la singularidad de esta enfermedad.