Definición de nitrógeno
En el griego es donde se encuentra el origen etimológico de la palabra que vamos a analizar a continuación: nitrógeno. En concreto podemos dejar patente que aquella está formada por la unión del vocablo nitron que significa “nitrato potásico” y gen que equivale a “generación”. No obstante, hay que dejar patente que quien creó este término no fue otro que el químico francés Jean Antonie Chaptal en el año 1790.
Se conoce como nitrógeno al elemento químico que se caracteriza por tener como número atómico al 7 y que se simboliza con la letra N. Se trata de un gas sin color ni olor y de carácter insípido que está presente en las cuartas quintas partes del aire de la atmósfera (en su versión molecular, reconocido como N2).
Cabe resaltar que el nitrógeno se suele aprovechar como refrigerante y es útil en el proceso de formación del amoniaco que luego permite crear fertilizantes y explosivos, entre otros productos. Con el nitrógeno también es posible fabricar ácido nítrico.
Al ser un fluido inerte, el nitrógeno suele describirse como ázoe (es decir, “sin vida”) y, en la antigüedad, incluso se destinó el símbolo Az para identificarlo. Se considera que, de manera oficial, lo descubrió el químico de origen escocés Daniel Rutherford (1749–1819), quien en 1772 dio a conocer algunas de sus propiedades.
El nitrógeno es el compuesto más abundante de la atmósfera de nuestro planeta, con el 78,1% de su volumen. Además está presente en el 3% de la estructura elemental del organismo de los seres humanos y aparece en los restos de ejemplares pertenecientes al reino animal. Varios científicos, además, han detectado algunos compuestos del espacio exterior donde también se advierte la presencia de nitrógeno.
Este elemento, por otra parte, es un compuesto esencial de los ácidos nucleicos y de los aminoácidos. Cuando los compuestos de hidrógenos tienen iones de cianuro, constituyen sales de elevado poder tóxico que pueden resultar mortales.
Es importante que establezcamos además que uno de los principales estudios que se han realizado teniendo como eje central el nitrógeno ha sido el de los efectos que el mismo tiene sobre la salud del ser humano. En concreto se ha establecido que los cambios que ha generado el hombre en la atmósfera, a través de la contaminación, han aumentado las proporciones de los elementos que componen aquel trayendo consigo que el individuo se vea, por ejemplo, afectado por bajos niveles de vitamina A.
El nitrógeno en su versión líquida se mantiene a una temperatura idéntica o inferior a su temperatura de ebullición (de acuerdo a las mediciones, a -195,8 ºC). Es posible generarlo a escala industrial a partir de una destilación fraccionada y suele usarse para sellar las vías de agua en las obras públicas.
Se conoce como ciclo del nitrógeno, por último, a los procesos de carácter biológico y abiótico que permiten el suministro del elemento a los seres vivos. El equilibrio dinámico de composición de la biosfera depende de estos procesos.
Un ciclo este que se compone de varias fases claramente delimitadas siendo la primera de ellas la que recibe el nombre de Fijación y asimilación del nitrógeno. A ella seguirían la amonificación, la nitrificación y finalmente la conocida como desnitrificación, que es aquella en la que se produce la reducción del ion nitrato a nitrógeno diatómico.
El último elemento citado, también conocido como dinitrógeno o nitrógeno molecular, podemos establecer que es un gas que viene a ser el componente en un 78 % aproximadamente de lo que es el aire atmosférico. Entre sus señas de identidad principales se encuentran el ser incoloro, inerte e insípido y el que se utiliza con mucha frecuencia en lo que son las distintas tareas e investigaciones en materia de criogenia.