Definición de monografía

En el griego es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico del término monografía. En concreto, ese es el resultado de la suma de tres componentes léxicos de dicha lengua:
-El vocablo “monos”, que puede traducirse como “uno”.
-El verbo “grapho”, que es sinónimo de “escribo” o “grabo”.
-El sufijo “-ia”, que se usa para crear sustantivos.

Una monografía es un texto que describe o analiza un tema en especial o un área de una ciencia. Se trata de un documento creado por uno o más autores.

Entre las palabras que pueden funcionar como sinónimos de monografía nos encontramos con tratado, descripción, explicación, exposición o incluso estudio.

Para elaborar una monografía, es necesario utilizar varias fuentes de información. De esta manera el contenido es más confiable ya que se nutre de diferentes recursos y no se limita a repetir una única versión o un solo punto de vista.

Lo habitual es que la monografía sea un estudio completo sobre su temática, con un análisis detallado de múltiples aspectos. El objetivo es que el lector acceda a una visión profunda y exhaustiva del asunto.

A la hora de desarrollar una monografía es importante respetar ciertos criterios y metodologías. En las monografías hay que mencionar la bibliografía utilizada y también es positivo incluir referencias y citas. De esta manera, aquel que la lee sabe de dónde obtuvo los datos el autor y tiene la posibilidad de ampliarlos si así lo desea.

Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto que es esencial que toda monografía de calidad cuente con una serie de características fundamentales. Nos estamos refiriendo a las siguientes:
-Se hace necesario que sea un documento imparcial, es decir, que recoja la información sobre un tema en cuestión pero que no incluya juicios de valor al respecto.
-Es importantísimo que esté redactada de forma precisa y clara, pues de esta manera se facilita el que se pueda entender sin ninguna dificultad.
-Básicamente ella lo que tiene que hacer es aportar datos sobre una cuestión en concreto. Es decir, tiene que procurar añadir algo más a lo que se conoce sobre esa.
-Debe tener la siguiente estructura: portada, agradecimientos, índice general, prólogo, introducción, cuerpo, conclusiones, anexos, notas al pie y bibliografía.

No menos importante es saber que, teniendo en cuenta la manera de abordar el tema, hay tres tipos de monografías: la de análisis de experiencias, la de investigación y la de compilación.

Las monografías son habituales en el campo de la ciencia. Los expertos suelen preparar trabajos monográficos para dar a conocer descubrimientos o para brindar una explicación respecto a los fenómenos investigados. En el terreno educativo y académico también se suele recurrir a las monografías: en este caso, funcionan como un mecanismo para que el estudiante demuestre lo aprendido.

Tomemos el ejemplo de una monografía sobre la historia de la agricultura en una región. El autor deberá consultar distintos documentos (con registros históricos, estadísticas, notas periodísticas, etc.) y realizar entrevistas (a historiadores, ingenieros agrónomos, dueños de campos) para recabar toda la información posible y plasmarla en su texto.

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