Definición de mampostería
La mampostería es un sistema constructivo basado en la disposición manual de mampuestos que suelen emplearse sin labrar. Los elementos se ajustan sin orden en cuanto a los tamaños o las hiladas.
Puede decirse que la mampostería se basa en la superposición de materiales. Este método se usa para construir muros y límites de parámetros en caminos.
Actualmente por lo general las piezas de mampostería se unen con una argamasa de arena, cal, cemento y agua. En la antigüedad solía utilizarse barro, excremento de caballo o de vaca y paja, entre otros materiales naturales.
La denominada mampostería ordinaria, por lo tanto, se realiza con un mortero de cemento o de cal. La idea es que haya que rellenar con el mortero la menor cantidad posible de huecos, para lo cual los ladrillos o las piedras tienen que adaptarse entre sí.
La cal se fabrica calcinando las rocas dolomías o calizas, mientras que el cemento se forma con una mezcla de arcilla y caliza calcinadas y molidas. El único caso en el cual se permite que se vea el relleno desde el exterior se da cuando existe el plan de revocar la fábrica más adelante.
La mampostería concertada, por otro lado, apela a mampuestos con sus caras de parámetro y junta regulares, de manera tal que el asiento se lleve a cabo sobre superficies planas. No incluye el uso de ripios. Además, las caras visibles deben presentar una forma poligonal y tapar los huecos dejados por los mampuestos colindantes.
Otra de las reglas de la mampostería concertada es evitar que coincidan cuatro aristas en un solo vértice. Si el espesor de la fábrica es superior al de los mampuestos, se asientan los de paramentos vistos y luego los principales del relleno, los cuales se acuñan con ripios si es necesario.
En la mampostería careada, en tanto, solo se labra la cara del paramento exterior y pueden usarse ripios (piedras de tamaño pequeño) en el interior.
Otra clase de mampostería es la mampostería seca (también llamada mampostería en seco), que no requiere la utilización de un mortero. En este caso, es indispensable seleccionar los mampuestos de a uno para conseguir que la estructura sea estable. Para rellenar huecos y acuñar las piezas se puede recurrir a ripios.
En la mampostería seca la construcción se puede llevar a cabo con ladrillos o con piedras. La estabilidad de estas estructuras es difícil de conseguir, y por eso resultan tan admirables aquéllas que se han mantenido en pie durante décadas o siglos. Los ripios, mencionados en el párrafo anterior, son pequeñas piedras que también se usan en la consolidación de ciertos caminos de tierra. El diccionario define este término como «residuo» o «fragmentos de materiales de construcción que se usan para rellenar huecos de suelos y muros».
Entre los diversos ejemplos de mampostería en seco que podemos hallar en el mundo destacan algunos edificios de los Andes, especialmente en Perú y en la región septentrional de Bolivia. Resulta interesante señalar que en España este tipo de construcciones reciben nombres diferentes, como ser muros de cuerda seca o, simplemente, muros secos. Allí son muy comunes en las casas rurales tradicionales de varias partes de Andalucía.
Aunque suele ser estructural, también existe la mampostería decorativa. Es habitual que estas paredes de embellecimiento se construyan con piedras pulidas y barnizadas.
Uno de los conceptos relacionados con la mampostería es aparejo, nombre que recibe la disposición, la forma y la estructura de un muro. Si tomamos como referencia un edificio, su aparejo se puede clasificar de acuerdo con el material usado para su construcción y al modo en el que se hayan dispuesto sus piezas.