Definición de lúgubre

En el latín es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico del término lúgubre. En concreto, deriva de la palabra “lugubris”, que puede traducirse como “funesto” o “fúnebre”. Asimismo, es interesante saber que dicha palabra emana concretamente del verbo “lugere”, que es sinónimo de “lamentarse” o “estar de luto”.

El término refiere a lo tétrico o tenebroso.

Por ejemplo: “La camioneta se descompuso en el medio del camino y tuvimos que pasar la noche en un hotel lúgubre ubicado en una zona rural”, “No me gusta este restaurante, tiene un aspecto lúgubre: mejor busquemos otro sitio donde cenar”, “El joven cantante tuvo un lúgubre final: fue asesinado y descuartizado por su propio padre”.

Entre las distintas palabras que pueden funcionar como sinónimo de lúgubre, además de las ya indicadas, nos topamos con aciago, triste, lóbrego, siniestro, luctuoso, mortuorio, opaco o sombrío, entre otras. Por otro lado, entre sus antónimos podemos destacar palabras tales como alegre, feliz o claro.

Lo lúgubre es sombrío: resulta triste, apagado. En un sentido físico, se trata de algo oscuro o deteriorado, que genera miedo. Si se refiere a una cuestión simbólica o abstracta, lo lúgubre es trágico y doloroso.

Los lugares lúgubres constituyen la ambientación tradicional de las películas de terror. Una antigua casona abandonada, con las ventanas rotas, mala iluminación y piso de madera que cruje al caminar, puede ser un escenario lúgubre para situar un relato que atemorice. Lo mismo puede decirse de un bosque lleno de árboles añejos que impiden el paso de la luz del sol o del reflejo de la luna.

En el mundo de la literatura y del cine nos encontramos con una gran cantidad de lugares que son lúgubres y que se han convertido precisamente en el escenario perfecto para el desarrollo de una historia de terror.

Este sería el caso, por ejemplo, del siniestro motel donde se desarrolla la película “Psicosis” (1960), dirigida por Alfred Hitchcok y protagonizada por Anthony Perkins. Se trata de un motel de carretera que está situado al lado de una siniestra vivienda, la de la familia Bates. En ambos lugares se desarrollarán asesinatos y se descubrirá el trastorno de personalidad múltiple que tiene aquel.

Asimismo, tampoco podemos pasar por alto que es muy lúgubre el castillo del famoso Conde Drácula, protagonista de la novela escrita por Bram Stoker que vio la luz en el año 1897. Se trata de una tétrica mansión donde vive aquel personaje y que está situada en un recóndito paraje de los Montes Cárpatos en Transilvania.

Un hecho lúgubre, en tanto, contiene elementos macabros. Supongamos que se halla una bolsa con restos humanos en la vía pública: dos cabezas, cinco piernas, tres brazos y numerosos huesos. La prensa, ante esta situación, califica el hallazgo como lúgubre. Las autoridades, por supuesto, deben investigar a quiénes corresponden los restos, determinar qué les ocurrió a esas personas y aplicar el castigo correspondiente al responsable o a los responsables de los delitos en cuestión.

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