Definición de liberalismo
El liberalismo es una doctrina que se basa en la defensa de las iniciativas individuales y que busca limitar la intervención del Estado en la vida económica, social y cultural.
Se trata de un sistema filosófico y político que promueve las libertades civiles y que se opone al despotismo. La democracia representativa y los principios republicanos se basan en las doctrinas liberales.
Aunque suele hablarse del liberalismo como un todo uniforme, es posible distinguir entre distintos tipos de liberalismo. El liberalismo económico es el más difundido ya que es defendido por las grandes corporaciones y los grupos económicos más fuertes. Se basa en limitar la intromisión estatal en las relaciones comerciales, promulgando la reducción de los impuestos y eliminando las regulaciones.
El liberalismo económico cree que, al no intervenir el Estado, se garantiza la igualdad de condiciones y se establece un mercado de competencia perfecta. La falta de intervención del Estado, sin embargo, no permite la ayuda social (se cancelan los subsidios, por ejemplo).
El liberalismo social, por su parte, defiende la libertad en las conductas privadas de los individuos y en sus relaciones sociales. La legalización del consumo de drogas está avalada por el liberalismo social.
El liberalismo político, por último, entrega el poder a los ciudadanos, quienes eligen a sus representantes de manera libre y soberana. Los funcionarios estatales, por lo tanto, son elegidos por el poder popular de la democracia.
Cada una de estas doctrinas del liberalismo, por supuesto, cuenta con variantes y defensores más o menos acérrimos de las libertades promovidas.
Con respecto a la historia del liberalismo, podemos decir que abarca aproximadamente los cuatro siglos más recientes, con su comienzo alrededor de la Revolución francesa, a modo de una doctrina general o movimiento que buscaba responder a las guerras religiosas que habían tenido lugar en el continente europeo a lo largo de los siglos XVI y XVII. De todos modos, es necesario señalar que sus antecedentes más remotos se hallan en la Edad Media, la cual comprendió aproximadamente un milenio, entre los siglos V y XV.
Las bases intelectuales del liberalismo se deben al trabajo del filósofo John Locke, uno de los pensadores ingleses más importantes del siglo XVII. Uno de los puntos a destacar fue que impulsó con fuerza la Ilustración, el movimiento intelectual y cultural nacido a mediados del 1800 con el propósito de cuestionar las tradiciones preexistentes de los gobiernos y el pueblo. La unión de éstas y otras ideas dio lugar al surgimiento de fuertes movimientos de naturaleza revolucionaria que pusieron fin a varios regímenes anticuados de muchos países, en especial de Europa, Latinoamérica y Norteamérica.
Recién a mediados del siglo XVIII con la Revolución de las Trece Colonias (también conocida como la Revolución Estadounidense), un proceso de descolonización que supuso varios cambios que dieron lugar al surgimiento de la nación que hoy en día conocemos como Estados Unidos de América, se vislumbró la primera manifestación sólida del liberalismo, que poco tiempo más tarde adquirió un alcance mundial para oponerse al viejo orden en el contexto de la Revolución francesa.
Se habla de liberalismo clásico para agrupar las ideas políticas que aparecieron a lo largo de los siglos XVII y XVIII, y de hecho a John Locke se lo considera el padre de este fenómeno que se opuso al absolutismo del poder, a los privielegios de los aristócratas y a que el Estado interviniese en los temas civiles. Los liberales clásicos respetaban sobre todo el libre mercado y los derechos civiles. Con la llegada del siglo XXI, son muchos los países que apoyan las democracias liberales, donde encontramos conceptos tales como la sociedad pluralista y las elecciones libres.