Definición de lexicografía

Para conocer el significado del término lexicografía se hace necesario, en primer lugar, descubrir el origen etimológico de él. Así, hay que subrayar que deriva del griego, concretamente es el resultado de la suma de tres componentes léxicos de dicha lengua:
-La palabra “lexikós”, que significa “relativo a la palabra” y que, a su vez, emana de “léxis”, que es sinónimo de “palabra”.
-El verbo “graphéin”, que puede traducirse como “escribir” o “grabar”.
-El sufijo “-ía”.

La lexicografía es la técnica que permite la composición de diccionarios o léxicos. El concepto también se emplea para nombrar a la rama de la lingüística dedicada al análisis de las teorías que sustentan el desarrollo de un diccionario.

Puede decirse, en definitiva, que la lexicografía es la disciplina que se encarga de la creación y el estudio crítico de los diccionarios. Un diccionario, a su vez, es una recopilación ordenada de términos o expresiones, pertenecientes a un idioma o a una cierta materia. Estas publicaciones, que pueden ser impresas o electrónicas, presentan la explicación o definición de cada una de sus entradas, tarea que asumen los expertos en lexicografía.

Es importante no confundir la lexicografía con la lexicología. Esta última noción refiere específicamente al estudio de unidades léxicas y de los vínculos sistemáticos que se forjan entre ellas. Suele afirmarse que la lexicografía se orienta a recolectar y explicar las palabras en un sentido amplio, mientras que la lexicología busca profundizar dichas explicaciones.

Los orígenes de la lexicografía se remontan al siglo III antes de Cristo. De aquella época data un documento que presenta un glosario de los términos que se utilizan en la Odisea y la Ilíada, dos obras atribuidas a Homero. Se considera que dicho trabajo es precursor en la puesta en marcha de la lexicografía.

En el ámbito de la historia antigua nos topamos con trabajos que se consideran ya un verdadero ejemplo de lo que es la lexicografía. Nos estamos refiriendo, por ejemplo, a “De significatione verborum”, que data del siglo I y que fue realizado por Marcus Verrius Flaccus, y a “De lingua latina”, que fue escrito también en el siglo I, pero en este caso por Marcus Terentius Varro.

Fue durante la Edad Media que la lexicografía consiguió un gran impulso a partir de la necesidad de transmitir los conocimientos. La disciplina, en ese marco, se tornó más utilitaria y comenzaron a volverse frecuentes incluso las explicaciones que se agregan en los márgenes de los textos.

Ya en el Renacimiento, tenemos que destacar uno de los más importantes trabajos de lexicografía de la lengua castellana. Nos estamos refiriendo al “Diccionario latino-español”, que fue publicado en Salamanca en el año 1492 y que fue realizado por el humanista español Elio Antonio de Nebrija (1441 – 1522), una figura esta que ha pasado a la historia por ser el autor de la primera gramática castellana.

El diccionario que él realizó, cuyo título oficial es “Lexicon hoc est Dictionarium ex sermone latino in hispaniensem”, tenía como claro objetivo «mejorar el conocimiento del latín entre las personas cultas».

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