Definición de leña
El término leña, derivado del latín ligna, permite nombrar a la parte de las matas, los arbustos y los árboles que se usa como combustible. La leña, por lo tanto, se obtiene de las especies vegetales y se utiliza para encender fuego.
Aprovechada generalmente para cocinar o calefaccionar, la leña es una biomasa: es decir, una materia orgánica que funciona como fuente de energía. Se trata de la madera que se emplea en hogares, cocinas, estufas, parrillas, etc.
El pino, el roble, el eucalipto, la haya y la encina son algunas de las especies que se explotan para la obtención de leña. Cuando la madera es usada para cocinar, la elección del tipo de leña es trascendental ya que le aporta sabores y aromas específicos a las preparaciones.
Cabe destacar que, al combustionar, la leña genera subproductos como el hollín y la brea. Además la combustión forma vapor de agua y dióxido de carbono y deja un desecho sólido conocido como ceniza.
A la hora de encender una hoguera o fogata en un espacio abierto, es habitual que la gente use leña. Es muy importante tener en cuenta que el fuego resulta difícil de controlar al aire libre y, por lo tanto, puede causar un incendio. Por eso solo se debe hacer fuego en lugares permitidos por las autoridades.
Al individuo dedicado a cortar, recolectar y comercializar leña se lo denomina leñador. Por lo general es una persona que trabaja en el bosque y se encarga de cortar la madera con una sierra, un hacha u otra herramienta, transportando luego los troncos a un aserradero o a una tienda.
Además de la cocina y la calefacción, la leña se usa con un objetivo «emocional» ya que las sensaciones que trae sentarse frente a un hogar en épocas de frío son muy particulares. Esta escena que para muchos es propia de una película resulta cotidiana en las partes más frías del mundo, o en aquellas donde el invierno es muy duro.
La diferencia entre un hogar a leña y una estufa eléctrica o a gas es tan grande como la que existe entre una cocina a leña y una de vitrocerámica: la sensación de estar tan cerca de la fuente de energía, de verla físicamente y los resultados que provoca al entrar en contacto con nuestro cuerpo o con los alimentos es algo que mucha gente lamente haber perdido a causa de la imposición de la tecnología moderna.
Como se menciona más arriba, la leña se puede conseguir de diferentes especies de árboles, y de este modo surgen los tipos de leña que se exponen a continuación, cada uno pensado especialmente para una situación diferente:
* briquetas de madera: se trata de troncos que se fabrican con serrín y virutas. Son ideales para encender y mantener vivo el fuego. Para un mejor funcionamiento se recomienda usarlas en chimeneas con puerta o en estufas cerradas. Suelen venderse en paquetes de más de una unidad;
* madera de encina: es una de las más populares para hornos y chimeneas abiertas. Entre sus ventajas se encuentran que arde en poco tiempo y dura más que otros tipos de leña. Dado su alto nivel de humedad, es importante secarla bien antes de usarla;
* madera de olivo: su uso más común es la calefacción de ambientes porque, así como la encina, produce un alto grado de calor y tiene una buena duración;
* madera de fresno: este tipo de leña se destaca por la facilidad que supone secarla, aunque esto depende de las características de su almacenamiento. Por otro lado, si se guarda en rincones muy húmedos es muy probable que se pudra.