Definición de lástima

Antes de entrar de lleno en el significado del término lástima, vamos a proceder a descubrir el origen etimológico del mismo. En este caso, tenemos que establecer que deriva del latín, exactamente del verbo “blastemare”, que puede traducirse como “calumniar” o “dañar”.

La noción de lástima se emplea para nombrar a la compasión y a la conmiseración que surgen a partir de los males de otro individuo. Al ver ese sufrimiento que no es propio, se experimenta la lástima.

Por ejemplo: “Me dio mucha lástima ver a los niños revolviendo la basura en busca de comida”, “Siento lástima por mi vecino: acaba de quedarse sin empleo”, “No tengo lástima por aquellos que no se esfuerzan y se quejan porque no pueden cumplir sus objetivos”.

Entre las palabras que pueden ejercer como sinónimos de lástima nos encontramos con compasión, caridad, conmiseración, misericordia, caridad o incluso piedad. Por el contrario, entre sus antónimos nos topamos con términos tales como gusto o alegría.

La lástima es un sentimiento derivado de la comprensión del dolor ajeno. Quien siente lástima, por lo tanto, se lamenta por el mal momento que está atravesando otro ser vivo.

En algunos casos, la lástima se vincula a la vergüenza. Si alguien afirma “Me da lástima que Juan piense que canta bien”, lo que está señalando es que Juan es un mal cantante y que, de este modo, es vergonzoso que él mismo piense lo contrario y actúe en consecuencia.

Aquello que provoca disgusto, incomodidad, pena o malestar también puede mencionarse como lástima. El concepto, por otra parte, se usa como interjección para expresar el pesar que se siente cuando algo no se concreta como se deseaba: “Es una lástima que tengas que irte tan temprano, la fiesta recién comienza”, “Qué lástima que estés a dieta, no podrás probar la torta que preparé”, “Lástima que la entrada al show cuesta tan cara: me hubiese encantado ir”.

Dentro del ámbito musical nos encontramos con una gran cantidad de canciones que usan el término que ahora nos ocupa. En concreto, entre las más conocidas está “Me voy” de Julieta Venegas que dice en su estribillo: “¡Qué lástima, pero adiós! Me despido de ti y me voy”.

Además, en el campo de la literatura también hay distintas obras que usan el citado término en sus títulos. Este sería el caso, por ejemplo, de la novela “Lástima”, que fue publicada en el año 2018 y que está escrita por Ángeles Yazlle García. Cuenta la historia de una mujer inmigrante que vive en la periferia de una gran ciudad. Está sola y se ve en la necesidad de hacer cualquier cosa, como prostituirse, para poder salir adelante y sobrevivir.

Otros ejemplos son los libros “Lástima que estaba muerto” (2000) de Margarita Mainé o “Lástima de Cuba”, que se publicó en el año 2014 y que está escrito por el autor mexicano Rius.

Si el término se acentúa en la I (lastima), se trata de una conjugación del verbo lastimar: “Si el capitán del equipo se lastima y no puede jugar, será muy difícil ganar el partido”, “Él me lastima con sus actitudes y no lo advierte”.

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