Definición de inteligencia múltiple
La inteligencia (del latín intelligentia) está vinculada a saber escoger las mejores alternativas para resolver una cuestión. El concepto abarca la capacidad de elaborar, asimilar y entender información para utilizarla en forma adecuada.
Se pueden distinguir distintos tipos o clases de inteligencia, como la inteligencia biológica, la inteligencia operativa o la inteligencia psicológica.
Para el psicólogo norteamericano Howard Gardner, la inteligencia es el potencial de cada persona. Dicho potencial no puede ser cuantificado, sino que sólo puede observarse y, a través de ciertas prácticas, desarrollarse.
Gardner es famoso por haber propuesto el modelo de inteligencia múltiple, donde afirma que la inteligencia es un conjunto de capacidades específicas con distinto nivel de generalidad. Así, la inteligencia deja de ser considerada como algo unitario y se transforma en una serie de elementos independientes y bien diferenciados.
Este psicólogo partió de algo que puede apreciarse en la vida cotidiana: la inteligencia trasciende la capacidad académica o intelectual. Poseer un gran volumen de conocimientos en un área específica del saber científico, por ejemplo, no garantiza el éxito en los negocios o en el plano emocional, dado que estos últimos dos puntos requieren de tipos de inteligencia diferentes.
La teoría de inteligencia múltiple de Gardner reconoce ocho tipos de inteligencia:
* la inteligencia intrapersonal (capacidad de autocomprensión y control de la propia vida sentimental y emocional);
* la inteligencia interpersonal (la comprensión de las intenciones y deseos de los demás);
* la inteligencia lingüística (vinculada a la capacidad para comprender el significado y el orden de las palabras en la lectura, la escritura y la conversación);
* la inteligencia espacial (la representación visual de ideas y la creación de imágenes mentales);
* la inteligencia musical (facultad para analizar y crear música);
* la inteligencia lógica-matemática (para identificar modelos, realizar cálculos, establecer y comprobar hipótesis y utilizar el método científico);
* la inteligencia naturalista (el reconocimiento de las relaciones que existen entre distintos grupos de objetos o personas);
* la inteligencia corporal-cinética (habilidades para utilizar la fuerza, la flexibilidad, la coordinación y el equilibrio del cuerpo).
Si bien existen diversas cuestiones que impulsan a cada persona a desarrollar cada tipo de inteligencia en un grado diverso, es importante resaltar que, salvo excepciones por impedimentos específicos, todos podemos realizar actividades ajenas a nuestros intereses principales para volvernos más inteligentes. Independientemente de la predisposición natural que pueda tenerse para desenvolverse en un campo en particular, el entrenamiento es la base sobre la cual se debe construir toda habilidad.
El desarrollo de las inteligencias que en apariencia resultan más ajenas a nuestra personalidad tiene muchos beneficios, tanto para nuestra vida cotidiana como para el crecimiento a nivel vocacional. Por citar un ejemplo, muchos relacionan la inteligencia musical a la lingüística, y se cree que el enriquecimiento de una de ellas repercute directamente en el de la otra; en otras palabras, un apasionado de las lenguas puede sacar provecho del estudio de la música así como un cantante de dedicar parte de su tiempo a aprender idiomas.
Realizar actividades relacionadas con diferentes tipos de inteligencia nos convierte en seres más flexibles, más abiertos mentalmente y nos brinda herramientas muy valiosas para desenvolvernos en la sociedad. El estudio de las matemáticas, por ejemplo, no sólo da frutos a la hora de realizar cálculos, sino que mejora nuestra percepción del entorno y nos ayuda a establecer relaciones entre diversos conceptos y a resolver problemas cotidianos que poco tienen que ver con una ecuación o una función trigonométrica.
Así como el pensamiento paralelo nos abre las puertas a soluciones que no se hacen evidentes dentro de un marco cerrado, sumergirse en el aprendizaje de varias disciplinas puede hacernos descubrir recursos intelectuales que no creíamos tener o cuya existencia no conocíamos.